El artista y activista cubano Luis Manuel Otero Alcántara, que sufre prisión desde que intentó sumarse a las protestas del 11 de julio de 2021 (11J), ha sido incluido este jueves en la campaña Voces Presas que dirigen las organizaciones internacionales Artists at Risk Connection (ARC), Pen International y Civil Rights Defenders (CRD), dedicadas a apoyar la libertad de expresión y la integridad de los artistas.
Según el comunicado de ARC, la campaña se encargará de dar visibilidad al “hostigamiento y encarcelamiento que han enfrentado, como consecuencia de la represión a la libertad de expresión que se vive en Cuba”, artistas como Otero Alcántara y la escritora María Cristina Garrido, además de los raperos Richard Zamora Brito y Randy Arteaga, que ya formaban parte del inventario de Voces Presas.
A través de sus redes sociales, las organizaciones han denunciado la violación continua de los derechos humanos y la libre creación de los activistas cubanos que se han opuesto abiertamente al régimen, sobre todo luego del 11J.
Han pedido, además, que se libere “inmediatamente” a todos los presos políticos de la Isla, que los países democráticos con presencia diplomática en Cuba soliciten al Gobierno visitar a los artistas para comprobar su situación en las cárceles y que se derogue el Decreto 349, que limita la libertad de expresión de los creadores cubanos.
Luis Manuel Otero lleva más de dos años preso “por gritar libertad a través de sus obras. Su único delito ha sido denunciar el racismo y las violaciones de derechos humanos del Gobierno”
Luis Manuel Otero lleva más de dos años preso “por gritar libertad a través de sus obras. Su único delito ha sido denunciar el racismo y las violaciones de derechos humanos del Gobierno”, denunció ARC en un post de X (Twitter) sobre el activista, que se encuentra cumpliendo cinco años en la prisión capitalina de Guanajay, donde ha realizado varias huelgas de hambre que han tenido un notable impacto sobre su salud.
“Otero Alcántara ha estado en el punto de mira de las fuerzas represivas del Estado. Mientras que varios de sus colegas se vieron forzados al exilio, él ha sido sometido a una serie de amenazas, interrogatorios, actos intimidatorios físicos y psicológicos”, así como a la “confiscación” y destrucción de sus obras, sigue el comunicado.
Voces Presas, sin embargo, no ha incluído a otros creadores cubanos presos como el rapero Maykel Osorbo Castillo, que también cuenta con apoyo internacional.
El pasado julio, Otero Alcantara inició y depuso, luego de varios días, su sexta huelga de hambre desde su encarcelamiento en la prisión de Guanajay y desde entonces apenas se han tenido nuevas noticias sobre su estado.
Varias personas cercanas al artista, con las que mantiene conversaciones telefónicas regulares desde la prisión, aseguran que su estado de salud así como su estabilidad mental se han visto afectados por su encierro, “sobre todo cuando sabe que es inocente”.
En su despliegue por demostrar el “respeto a los derechos humanos” en la Isla, las autoridades pasaron por alto los más de 1.000 presos políticos que hoy se encuentran en las cárceles cubanas
Esta misma semana el vestíbulo principal de la sede de Naciones Unidas en Nueva York acogió una exposición titulada: Cuba, un compromiso sostenido con todos los derechos humanos para todos. La muestra, con pinturas del artista visual cubano Yosvany Martínez y obras de otros fotógrafos de la Isla, intenta promover la reelección de Cuba como miembro del Consejo de Derechos Humanos, un mandato que expira el 31 de diciembre.
“El pueblo cubano es dueño de su propio destino, ejerce pleno poder y control sobre la vida del país, y participa activamente como actor principal de un sistema efectivo de democracia socialista y justicia social que apoya y avala”, reza el texto del tríptico de presentación de la muestra, que contrasta con la situación de artistas presos, como Otero Alcántara o Castillo.
Los artistas que dieron vida a la exhibición están “formados íntegramente por la Revolución, totalmente gratis, como todos los nacidos después de 1959”, añade el texto, que sigue: “Esta exhibición refleja nuestro progreso en los derechos económicos, sociales y culturales, en la esfera de los derechos políticos y civiles”.
No obstante, en su despliegue por demostrar el “respeto a los derechos humanos” en la Isla, las autoridades pasaron por alto los más de 1.000 presos políticos que hoy se encuentran en las cárceles cubanas por disentir de las políticas estatales.
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