MIAMI, Estados Unidos. – El sindicato de la Industria Alimentaria y la Pesca en Cuba aseguró que 2.100 de sus afiliados quedan “interruptos” cada mes como promedio.
Un reporte del periódico oficial Trabajadores precisa que en los últimos 12 meses, alrededor de 25.200 personas que trabajan en el sector de la pesca y la elaboración de alimentos han estado al menos 30 días sin trabajar por la escasez de materias primas o insumos.
El secretario general del sindicato, Jorge Luis Fajardo Casas, indicó que de sus 116.000 trabajadores inscritos, 3.500 no lograron incorporarse a ningún empleo durante el último año y estuvieron “disponibles” a la espera de una plaza en el sector.
“Estamos obligados a encontrar alternativas que nos generen mayor empleo e ingresos”, expresó Fajardo Casas.
Asimismo, el funcionario subrayó la necesidad de analizar con profundidad asuntos relativos a las empresas con pérdidas financieras y refirió 12 entidades (lácteos, molinera, aceites y las provinciales de la industria alimentaria adscritas al Poder Popular, entre otras) que “no por ineficiencia, sino por su diseño” forman parte de esa categoría.
En ese sentido, Fajardo Casas justificó que esas empresas están condenadas a comprar según niveles de mercado y obligada a vender a un precio estable, lo que provoca que unos 17.000 trabajadores solo puedan acceder a su salario escala sin posibilidad a utilidades, ni a pago por resultados.
“Por ejemplo, las empresas lácteas que fabrican yogur para la población, mientras más produzcan más pierden, algo contrario a toda lógica. Nosotros sabemos que el aumento de los precios de venta provocaría un alza del precio a la población, pero a eso hay que encontrarle una salida”, advirtió el secretario.
Además, Fajardo Casas mencionó que es larga la cadena de impagos dentro de la industria toda vez que hay empresas de comercio que tienen deudas de más de 100 millones con lácteos y cárnicos, lo cual afecta en gran cuantía al sindicato.
Al deficiente panorama sindical se suma la intrincada burocracia cubana que entorpece la toma de decisiones y responsabilidades. Tal es el caso de las empresas provinciales, sometidas doblemente al Ministerio de la Industria Alimentaria y a los gobiernos territoriales.
“Deportivamente hablando, es como una bola que cae entre dos, en el suelo, lo que diluye la responsabilidad, y contribuye a que no sea mejor la atención a esos trabajadores, su salario, etcétera”, agregó.
Por otro lado, un artículo de la revista Bohemia del pasado 2 de octubre cita datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) según los cuales desde 2021 el sector de salud también perdió 12.065 médicos y 3.246 enfermeros; y el de la educación superior a 1.375 profesores.
