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El Gobierno de Estados Unidos repite afirmaciones calumniosas y políticamente repudiables contra Cuba en su informe anual de 2022 sobre terrorismo, una evaluación de aquellos que hoy, según Washington, no colaboran en este tema.El documento, difundido por el Departamento de Estado, no constituye, como aclara, “un nuevo anuncio respecto a tales designaciones”, sino una especie de revisión que la Casa Blanca está obligada a notificar al Congreso cada año.
En el capítulo 2 -dedicado a los supuestos Estados patrocinadores del terrorismo- mantienen a Cuba junto a la República Popular Democrática de Corea, Irán y Siria.
A Cuba la incorporaron en esa lista en junio de 2020, lo que sirvió de base para que meses más tarde, el 11 de enero de 2021, fuera designada en otra de las arbitrarias nóminas: la de Estados patrocinadores del terrorismo.
Pocos días antes de finalizar su mandato, el entonces presidente Donald Trump (2017-2021) dio el tiro de gracia a su política de máxima presión contra Cuba.
El secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, volvió a incluir al país caribeño en una relación de la cual la administración de Barack Obama (2009-2017) lo había retirado en 2015.
La nación antillana fue incluida por primera vez en la lista de los que presuntamente apoyan el terrorismo en 1982.
Sin embargo, Cuba ha reiterado la actitud transparente e intachable en la lucha contra el terrorismo.
Como expresara una declaración de la cancillería a propósito del informe de 2021 se trata de una acusación totalmente infundada y utilizada con fines políticos, que intenta justificar las agresiones contra la isla, incluido el inhumano bloqueo económico, comercial y financiero.
El pronunciamiento también rechazó en ese momento la práctica unilateral y selectiva estadounidense de singularizar en listas arbitrarias a países con respecto al terrorismo, lo cual carece de legitimidad y es contrario al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
De acuerdo con datos oficiales, Cuba ha sido víctima de 713 actos terroristas durante décadas, en su mayoría organizados, financiados y ejecutados bajo la sombrilla del propio Gobierno de Estados Unidos o por individuos y grupos que actúan con impunidad desde este territorio.
Se calcula que tres mil 478 personas perdieron la vida y dos mil 99 quedaron incapacitados debido a hechos de semejante naturaleza.
La embajada de Cuba en Washington ha sido blanco de dos atentados terroristas en los últimos tres años (2020 y 2023) y el Gobierno de Estados Unidos aún no ha reconocido el carácter de esos actos.
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