MIAMI, Estados Unidos. – El viceministro de Relaciones Exteriores del régimen cubano, Carlos Fernández de Cossío, negó este martes que los dirigentes de la Isla se sientan “incómodos” con la posibilidad de un mayor acercamiento político con Estados Unidos, aunque reconoció que a La Habana sí le “preocupa” el segundo mandato de Donald Trump, que iniciará el próximo 20 de enero.
“Por supuesto que nos preocupa el efecto que puede tener sobre nuestra economía, y en particular, el efecto que puede tener sobre el nivel de vida de la población una mayor hostilidad de EE.UU.”, afirmó Fernández de Cossío ante la prensa este martes.
Sus declaraciones tuvieron lugar en el marco de un foro realizado con motivo del décimo aniversario del inicio del llamado “deshielo” entre Washington y La Habana.
El funcionario mostró confianza en la resistencia del régimen: “Sabemos que vamos a ser capaces de sobrevivir. Dentro de cuatro años el Gobierno de Trump habrá terminado y Cuba, la Cuba socialista, estará aquí”, dijo.
Respecto a Joe Biden, Cossío lamentó la continuidad de las sanciones impuestas por su antecesor, así como la decisión de no retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Por otro lado, el viceministro del régimen rechazó la idea de que las autoridades de la Isla se sintieran incómodas durante el acercamiento impulsado por Barack Obama, tal y como sugirió el exembajador estadounidense en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, en declaraciones a la agencia EFE.
Cossío también insistió en que La Habana siempre mantuvo su “voluntad de avanzar”, incluso sin el levantamiento del embargo económico. “La euforia que hubo en nuestro país, el respaldo de nuestro pueblo y la disposición a avanzar demuestran más que fehacientemente la voluntad de Cuba”, aseveró.
Unos 20 días después de las elecciones presidenciales en EE.UU., celebradas el pasado 6 de noviembre, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel afirmó que la La Habana estaba “preparada” y dispuesta al “diálogo en igualdad de condiciones” con Washington, pero sin hacer concesiones que afecten los cimientos del sistema y apelando a la “resistencia creativa”.
“Para nosotros los resultados de estas elecciones no son resultados nuevos. Era un escenario previsto, era un escenario probable, y nos veníamos preparando para ese escenario”, declaró Díaz-Canel durante una visita al municipio de Lajas, de acuerdo con el reporte del diario oficial Granma.
El mismo día de las declaraciones de Díaz-Canel, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, escribió en la red social X: “Los resultados de las elecciones en EE.UU. eran un escenario probable para el cual Cuba está preparada. Tenemos larga experiencia en el enfrentamiento a las agresiones imperialistas, evidenciada en estos 65 años de Revolución”.
“Como siempre hemos hecho, mantendremos nuestras cordiales relaciones con el pueblo estadounidense y la disposición de dialogar, en igualdad de condiciones, con el gobierno de EE.UU., a pesar de la relación bilateral totalmente asimétrica y el bloqueo que nos han impuesto por 62 años”, añadió Rodríguez.
Antes de su victoria electoral, la campaña de Donald Trump anunció que, de ser electo otra vez presidente, el republicano tendría tres demandas para el régimen cubano.
Según expresó a mediados de julio pasado Jaime Florez, director de Comunicaciones de la campaña de Trump, al periodista Mario J. Pentón, de Martí Noticias, el próximo presidente de EE.UU. pediría a la cúpula del Gobierno cubano la libertad de los presos políticos, en primera instancia.
“Hay que liberar inmediatamente a todos los presos políticos sin ningún tipo de reticencia ni de condición”, expresó Florez a Pentón, en el marco de la Convención Nacional Republicana, en Milwaukee.
El portavoz del candidato aludió, en segundo lugar, a un llamado a elecciones libres, con participación de distintos partidos políticos y con observación internacional.
En tercer lugar, agregó que Trump exigiría al régimen que deje de “seguir exportando su revolución fallida a otros países latinoamericanos”.
En la medida en que se cumplan esas medidas, apuntó, se normalizarán las relaciones entre Cuba y EE.UU.
