MIAMI, Estados Unidos. – El Gobierno cubano admitió que la economía del país no experimentará crecimiento en 2024 debido al impacto de los recientes desastres naturales (los huracanes Oscar y Rafael y el doble sismo en el Oriente de la Isla).
A pesar de no contar aún con una cuantificación exacta de las pérdidas económicas, las autoridades señalaron que las afectaciones son significativas.
Durante una conferencia de prensa celebrada este jueves, los ministros de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, y de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Óscar Pérez Oliva-Fraga, ofrecieron detalles sobre las consecuencias preliminares de estos eventos naturales. “Se reportan más de 34.000 viviendas dañadas, con diferentes grados de afectación entre derrumbes totales, parciales y de cubiertas”, informó Alonso Vázquez.
El ministro destacó que los planes de recuperación ya están en marcha, pero subrayó que dependen en gran medida de la disponibilidad de recursos, los cuales son “escasos desde antes de los desastres”. En cuanto al sector eléctrico, las afectaciones incluyen alrededor de 2.449 transformadores dañados, un número aún indeterminado de postes caídos, 200 kilómetros de líneas de distribución afectadas y la caída de ocho torres de alta tensión.
En el ámbito agrícola, las pérdidas son también considerables. “Tenemos 37.000 hectáreas de tierra dedicadas a la producción agropecuaria afectadas, así como 381 instalaciones agrícolas dañadas, con estimaciones preliminares de pérdidas en torno a los 383 millones de pesos”, detalló Alonso Vázquez.
Otras áreas afectadas incluyen 22 hospitales, 605 postes de comunicaciones, 276 instalaciones educativas, 189 establecimientos del Comercio Interior, 25 almacenes, 88 sistemas de bombeo y cuatro puentes, entre otros. A pesar de no poder ofrecer una cifra exacta del impacto económico total, el ministro adelantó: “Se puede intuir desde ahora que no habrá crecimiento en la economía durante el año”.
Por su parte, el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Óscar Pérez Oliva-Fraga, destacó el apoyo recibido por el Sistema de Naciones Unidas en Cuba. Según el funcionario, gran parte de la respuesta inmediata fue posible gracias a los recursos que la ONU ya tenía ubicados en el terreno. También mencionó “las múltiples muestras de apoyo ofrecidas por numerosos gobiernos y autoridades de otros países, grupos solidarios, empresas radicadas en Cuba y cubanos residentes en el exterior”.
Solo el Gobierno de España ha enviado 9,3 toneladas de ayuda humanitaria para los damnificados del huracán Oscar en la zona oriental del país. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) informó que la ayuda incluye 70 tiendas de campaña, 1.000 mosquiteros y 227 juegos de cocina, valorados en 56.000 dólares.
Tras el impacto del huracán Oscar al extremo oriental de la Isla, y antes del paso de Rafael y la ocurrencia de los sismos en el sureste del país, el Sistema de Naciones Unidas (SNU) en Cuba estimó que serían necesarios al menos 33,2 millones de dólares para cubrir las necesidades básicas y respaldar el proceso de recuperación a largo plazo en la región afectada por el huracán Oscar.
La tormenta, que golpeó el extremo oriental de la mayor de las Antillas con vientos de más de 130 km/h y lluvias de hasta 600 mm en algunas zonas, afectó especialmente a los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del Sur, donde dejó ocho muertos y dos desaparecidos, según datos de las autoridades cubanas.
Los fondos estimados por el SNU incluyen recursos para restaurar el acceso a servicios básicos como agua potable y electricidad. El huracán dañó centros de salud y sistemas de agua y saneamiento, y dejó a miles de personas sin acceso a estos servicios esenciales.
“Los esfuerzos de recuperación deben centrarse en restaurar los servicios de salud, garantizar el acceso a agua potable y proveer instalaciones de saneamiento adecuadas para reducir riesgos sanitarios”, señala el SNU.
Por otro lado, el sector agrícola fue uno de los más afectados, con pérdidas devastadoras en cultivos de café, cacao y plátano. Estos productos, esenciales para la economía local y el sustento de miles de familias, fueron prácticamente arrasados. Según el informe, más de 15.000 hectáreas de tierras de cultivo fueron destruidas, lo que aumenta la posibilidad de una crisis alimentaria en la región y la necesidad de financiamiento para reconstruir este sector crítico.
“El costo para recuperar la producción agrícola es enorme, y las pérdidas prolongarán la crisis alimentaria en la región si no se actúa rápidamente”, advierte el SNU.
