LA HABANA, Cuba. – “Lo único que queremos es justicia”, dicen los familiares de Eloy Ernesto Chirino Luzardo, un joven víctima de un brutal ataque el pasado 1ro. de octubre. Su atacante le propinó una pedrada en la cabeza que le causó fractura en el cráneo.
Chirino Luzardo estuvo por cuatro horas en el quirófano y tendrá que tener una rutina limitada durante un año por las “graves lesiones” en su masa encefálica, según contó a CubaNet su madre, Yunanka Luzardo Palacio.
“El doctor me dijo que mi hijo nunca más iba a volver a ser el mismo muchacho. Fue una operación de cuatro horas en la que tuvieron que quitar masa encefálica y limpiar bien toda la parte donde recibió la pedrada. Actualmente está recibiendo fisioterapia porque la parte izquierda de su cuerpo no le funciona bien”, explicó la entrevistada.
De acuerdo con la víctima, el brutal ataque ocurrió el pasado 1ro. de octubre tras exigirle a su vecino Marcos Herrera Ruedas que le devolviera la batería de moto que le había prestado varios meses atrás.
“Él no quería darme la batería; todo el tiempo negándose y negándose. Entonces cojo y le quito la batería de su moto, me monto en el bicitaxi y es cuando él coge, me tira la piedra y me da en la cabeza”, contó Chirino Luzardo.
Al mes de haber formulado la denuncia en la estación de la policía de El Capri, en el municipio Arroyo Naranjo, los familiares de la víctima supieron que Herrera Ruedas había sido detenido y acudieron a la unidad policial, por su voluntad.
“Llegamos allí y nos atendió un capitán. Cuando buscó en máquina [en los archivos] no salía la denuncia que le habíamos hecho nosotros. Le digo al policía que eso era imposible y que no podían soltarlo [al acusado] porque él había agredido a mi hijo y que le había causado lesiones graves”, detalló Luzardo Palacio.
Al día siguiente, cuenta la madre, volvió a presentarse en la unidad policial de El Capri, donde le informaron que el atacante había sido trasladado y puesto en libertad por un error en el proceso penal.
Para Vivian Luzardo Palacio, tía de la víctima, su mayor preocupación recae en que su sobrino o su hermana se encuentren con Herrera Ruedas en la barriada de La Perla, Arroyo Naranjo, donde residen, y ocurra un desenlace fatal.
“El policía que me atendió me dijo: ‘Tranquila, mamá, no se preocupe que de todas formas él va a ir preso porque tiene que cumplir por ese delito’”. Sin embargo, la mujer asegura que, hasta la actualidad, el atacante “se pasea por el barrio como si nada hubiera pasado”.
“Tenemos miedo de que pueda pasar algo peor; por eso el interés de nosotros es de que acaben de buscar y coger al muchacho porque él sigue caminando por todas las calles como si nada. Queremos que las fuerzas [del orden público] hagan justicia”, apuntó.
Sobre el tema, un exteniente coronel de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) que pidió no ser identificado por temor a represalias, explicó que el actuar de los agentes del orden en este caso no se corresponde con lo establecido por el Ministerio del Interior (MININT).
“El atacante llevaba una medida de aseguramiento inmediata, es decir, debía haber sido llevado a un centro penitenciario por la gravedad de la agresión. Hablamos de un ataque violento donde la vida de la víctima estuvo en riesgo”, explicó.
“Otra de los puntos para tener en cuenta es que viven en el mismo barrio y puede haber un ajuste de cuentas por parte de la familia de la víctima. Los investigadores del caso deben tener en cuenta todos estos factores para impedir que exista otra agresión de ambas partes”, enfatizó.
Asimismo, el exmilitar recomendó que los familiares de la víctima interpongan una queja en la Dirección Nacional de la PNR y en la Fiscalía municipal antes de que “sea demasiado tarde y todo termine en tragedia”.
