El preso político cubano Vladimir Castillo Llanes se encuentra en huelga de hambre desde hace varios días en protesta por abusos y represión contra él en la prisión de Quivicán, en Mayabeque.
Según denunció su madre, Mayte Llanes Hernández, a ADN Cuba el jefe de la prisión, conocido como Lolo, así como a los oficiales Etani y Villa, son los ejecutores de la represión contra su hijo.
Madre del preso político Vladimir Castillo Llanes, denuncia que continúa la represión contra su hijo por parte de carceleros. Culpa de los abusos al jefe de prisión conocido como Lolo, así como a otros dos llamados Etani y Villa.#SOSCuba #LibertadParaLosPresosPoliticosCuba #Cuba pic.twitter.com/3v3boOZj7Y
— Observatorio Cubano de Derechos Humanos (@observacuba) October 19, 2023
Explicó que Castillo Llanes fue sancionado injustamente en dos ocasiones recientemente: una por no tender bien la cama, a lo que el recluso respondió que no tenía sábanas, y otra por haber estado supuestamente mal pelado días atrás, cuando en realidad los propios carceleros eran los encargados de cortarle el pelo.
“Es un abuso de poder de estas personas, les encanta reprimir a los presos como si fueran animales”, expresó la madre.
Su hijo pidió ver a los superiores para presentar una queja por estas sanciones arbitrarias pero no fue escuchado. Al reclamarle directamente al jefe de prisión, este junto a Villa y Etani le respondieron de forma “cruel e inhumana” que se iba “a morir ahí”.
Esta no es la primera denuncia de abusos y violaciones contra personas privadas de libertad en Cuba. De acuerdo con el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, tan solo en septiembre se registraron 128 hechos de este tipo contra 101 prisioneros en 46 cárceles del país.
Las cárceles con mayor número de denuncias fueron el Combinado del Este en La Habana, la prisión de Quivicán en Mayabeque y la de Pinar del Río.
El reporte identificó la participación directa de 39 funcionarios penitenciarios en los actos denunciados, de los cuales 37 eran hombres y 2 mujeres.Según el documento, los principales perpetradores de las violaciones fueron oficiales del sistema penitenciario y agentes de la Seguridad del Estado que operan al interior de las prisiones. También señala la participación de personal del sistema judicial y reclusos aliados con las autoridades.
