MADRID, España.- El 2 de agosto de 1914 nació en La Habana María de los Ángeles Santana, que se convertiría en una figura emblemática del cine, la televisión y el teatro en la Isla. Reconocida por su versatilidad artística y su contribución al medio audiovisual cubano, la carrera de Santana despegó en los años 30 cuando hizo su debut en el cine con la compañía Películas Cubanas S.A. Su primera aparición fue como cantante en “El romance del palmar”, dirigida por Ramón Peón, donde compartió escena con figuras como Rita Montaner y Carlos Badía.
Sin embargo, uno de los hitos en la carrera de Santana se produjo en la década de 1940, cuando junto a su esposo, el también actor Julio Vega, viajó a Estados Unidos y se vio fascinada por la televisión, un invento revolucionario en aquel entonces. Con determinación y visión, buscaron apoyo para llevar la televisión a Cuba, y así lograron realizar la primera transmisión televisiva en el país en diciembre de 1946, un evento que marcó un antes y un después en la historia de la televisión cubana.
Santana no solo brilló en la pantalla grande y chica, sino que también dejó su marca en el teatro, tanto en la Isla como en el extranjero. En México, durante los años cuarenta, participó en operetas, zarzuelas y comedias musicales, ganando reconocimiento por su talento y carisma escénico.
Uno de sus personajes más recordados en Cuba fue el de Remigia Pérez Topete, “La Alcaldesa”, que interpretó durante más de dos décadas en el programa humorístico televisivo “San Nicolás del Peladero”. Además, protagonizó varias obras de teatro vernáculo como Cecilia Valdés y Una casa colonial.
A lo largo de su carrera, Santana recibió numerosos reconocimientos, incluyendo el Premio Nacional de Teatro en 2001 y el Premio Nacional de Televisión en 2003, que destacaron su contribución excepcional al mundo del entretenimiento cubano.
Fuera de los escenarios y las cámaras, María de los Ángeles Santana desafió los estereotipos de género al convertirse en una de las primeras mujeres en el mundo en conducir una motocicleta. Aunque hoy en día conducir motocicletas es una práctica común, en aquel entonces era considerado un territorio exclusivamente masculino.
Con su elegancia característica, Santana decidió desafiar las expectativas al subirse a una Harley-Davidson, una motocicleta conocida por su potencia y fuerza.
Según sus propios relatos, ya algunas mujeres habían conducido moto, pero una Harleys solo lo había hecho Lourdes Bretos, hija de Luis Bretos, fundador del Club de Motocicletas de Cuba.
Sobre esta experiencia la actriz relató: “La primera mujer que manejó fue la hija de Luis Bretos, y después de ella, yo. Fuimos las dos primeras que nos encaramamos en un Harley-Davidson 74 que no la montaba ninguna mujer, porque no solamente era la moto más poderosa que existía, era de una fuerza extraordinaria y nosotras éramos muy delgaditas y muy jovencitas. Manejar Harley era jugártelo, pero lo hicimos y para nosotros era un regalo maravilloso pasear por toda La Habana”.
María de los Ángeles Santana murió en La Habana el 8 de febrero de 2011, a los 96 años.
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