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Manuel Salamanca y Negrete: un gobernante justo con final trágico

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Manuel Salamanca y Negrete: un gobernante justo con final trágico
Manuel Salamanca y Negrete: un gobernante justo con final trágico

AREQUIPA, Perú – En 1889, cuando Manuel Salamanca y Negrete asumió el cargo de Capitán General en Cuba, prometió erradicar el bandidismo que aquejaba a la Isla. Con un historial político destacado por su competencia e integridad, su nombramiento fue recibido con entusiasmo y esperanza por los cubanos.

Sin embargo, su mandato se vio ensombrecido por eventos trágicos y controversias que llevaron a un desenlace fatal.

Desde el principio, Salamanca se propuso abordar el problema de delincuencia en Cuba y si bien tuvo éxito en enfrentar a los bandidos comunes, su gestión se vio empañada por un escándalo de malversación de fondos en el Departamento de Guerra de la colonia.

La noticia de la desaparición de 14 millones de pesos, una suma astronómica en esa época, desató un conflicto grave que puso a prueba la habilidad y la integridad del gobernante.

Tras su llegada a La Habana algunos eran escépticos sobre la capacidad de un gobernador español para llevar a cabo un gobierno eficiente y justo en la colonia.

Julián del Casal, un agudo cronista de la época, expresó inicialmente sus dudas pero luego tuvo que reconocer la justicia en las disposiciones políticas de Salamanca.

No obstante, nueve meses después de su desembarco, los restos de Salamanca fueron conducidos a la necrópolis de Colón en un coche fúnebre, un final inesperado y trágico para un hombre que inicialmente había despertado grandes expectativas.

Sucedió que el conflicto desatado por la malversación de fondos llevó a la enfermedad repentina de Salamanca. Al enterarse de la magnitud del escándalo, ordenó a los tribunales que tomaran medidas contra los culpables, ofreció pruebas adicionales y expresó su deseo de que se hiciera justicia.

Mientras, su salud se deterioró rápidamente, y falleció en medio de una agonía desconcertante. En sus últimos momentos de lucidez, Salamanca instó a sus colaboradores a ser firmes con los culpables y ofreció palabras enigmáticas sobre la debilidad de los ladrones frente a la entereza de un gobernante.

Aunque se especuló sobre la posibilidad de un envenenamiento, la verdadera causa de su muerte sigue siendo un misterio.

El proceso judicial por la malversación de los 14 millones no condujo a ninguna parte, y Salamanca fue enterrado con honores. Sin embargo, la sombra de la controversia y las dudas sobre las circunstancias de su muerte persistieron.

El legado de Manuel Salamanca en la historia de Cuba fue complejo y trágico. Su breve mandato estuvo marcado por la lucha contra el bandidismo y la confrontación con la corrupción. Aunque su intento de establecer un gobierno justo y eficiente fue interrumpido por circunstancias turbias, su figura sigue siendo objeto de debate y especulación para muchos expertos.

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