Evelyn ha firmado la propiedad de su nueva vivienda, de placa, tres cuartos, baño y cocina azulejeados, dejando atrás su casita de madera, en peligro de derrumbe.
CIUDAD DE MÉXICO, México.- Evelyn, maestra de preescolar residente en Ciego de Ávila con su madre, una anciana con un pseudotumor orbitario, ha podido decir adiós a su precaria vivienda de madera, en peligro de derrumbe, gracias a la solidaridad de cubanos que lograron recaudar 1.440.000 pesos para conseguir un nuevo hogar a la docente.
Gracias a la gestión del periodista Guillermo Rodríguez Sánchez, quien socializó en redes sociales el caso y convocó a los cubanos a colaborar para mejorar las condiciones de vida de la maestra, Evelyn ha firmado este jueves la propiedad de nueva residencia, de placa, tres cuartos, baño y cocina azulejeados y closets de madera (“lindones”).
El momento quedó inmortalizado con imágenes de la rúbrica de la adquisición frente a la nueva casa, según compartió el propio Rodríguez, quien dejó un desglose de los gastos de compra de la vivienda y los agradecimientos a las personas que aportaron en esta noble tarea.
Desde el paso del huracán Irma, que azotó a Cuba en 2017 con vientos de hasta 256 km/h, el inmueble de Evelyn había quedado seriamente dañado, apenas cubierto por fragmentos de techo y en él ha tenido que resguardar a su madre de 88 años, que permanece postrada en cama.
En tan solo 20 días la voluntad y empatía de los cubanos ha concretado lo que en siete años no ha hecho el Gobierno.
Una primera publicación del periodista Rodríguez, hecha el 7 de diciembre, presentaba ante la comunidad de Facebook la desgarradora historia: la maestra, cuyo salario no podía sostener el pago de un cuidador para la madre, debía dejarla sola para ir a trabajar “a ganarse los pesitos que tampoco cubren siquiera lo básico”.
La morada, según constató Guillermo, estaba en condiciones de semiderrumbe con elevado peligro de caerles encima y habían quedado durante años “a la espera de una ayuda constructiva que jamás aparece”.
“Les aseguro a quienes me leen que no es posible tener esa vivienda organizada, recogida, ni limpia; estamos hablando de un lugar que está a punto de caerse, que se moja a ríos ante la mínima llovizna y con tablas soltando constantemente moho, comején y churre encima de todo. Hago un llamado a toda la comunidad de personas que me leen, el objetivo es movilizar la ayuda necesaria para reconstruir esta casita que es pequeña. No queremos que sea de placa ni un palacio, pero sí lo digno para que dos seres humanos la habiten”, dijo en ese momento e instó a los funcionarios del Gobierno a contribuir.
En apenas pocos días fueron creciendo las recaudaciones de dinero y la buena nueva llegó: se había conseguido financiamiento para una nueva casa.
“¿Se acuerdan de Evelyn?, la maestra avileña de preescolar con su casa de tablas en derrumbe desde el huracán Irma y la madre en cama con un tumor orbital. ¡Pues ya está! ¡Se hizo!”, escribió con satisfacción Rodríguez.
Con una mención a Yunior Tamayo Barrios y a Verona Bonce por su implicación en el caso y la ayuda aportada, el periodista dio así fin a un proceso que culmina con la acreditación de Evelyn “como una persona con una vivienda digna de su oficio”. “Porque las maestras de nuestros niños y niñas merecen el mundo, aunque algunos se olviden de eso”.
El huracán Irma castigó el litoral norte de Cuba de este a oeste con categoría 4, provocando graves inundaciones en la costa y obligó a evacuar a 1,7 millones de personas.
El fenómeno causó afectaciones en un total de 158.000 viviendas, de ellas 14.657 sufrieron derrumbes totales y 16.646 parciales; otras 23.560 perdieron totalmente los techos, y más de 103.000 tuvieron daños parciales en sus cubiertas. El Gobierno presentó créditos y subsidios para las reparaciones, pero no otorgó materiales de forma gratuita.