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A cuatro años de la eliminación del CUC y el inicio de la Tarea Ordenamiento Cuba se encamina a otra dolarización de su economía

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A cuatro años de la eliminación del CUC y el inicio de la Tarea Ordenamiento Cuba se encamina a otra dolarización de su economía
A cuatro años de la eliminación del CUC y el inicio de la Tarea Ordenamiento Cuba se encamina a otra dolarización de su economía

La economía cubana sigue moviéndose en círculos. Tras la despenalización del dólar, vino la limitación de su uso en los mercados, dejando todo el protagonismo al peso cubano convertible; pero luego, en 2021 se eliminó también el CUC, y surgió una especie de dólar virtual, el MLC. Ahora se experimenta nuevamente con la apertura de mercados que solo aceptan dólares.

El primero de enero de 2021 marcó el inicio de la llamada Tarea Ordenamiento en Cuba. Un proceso que prometía eliminar la dualidad monetaria mediante la desaparición del peso convertible cubano (CUC), equivalente del dólar estadounidense, y la  esperada consolidación del peso cubano (CUP) como única moneda en circulación. El cambio fue de 24 pesos por cada CUC.

«Reiteramos la trascendencia e importancia de esta tarea que pondrá al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social sobre la base de garantizar a todos los cubanos la mayor igualdad de derechos y oportunidades», aseguraba en diciembre de 2020 el gobernante Miguel Díaz Canel.

El que fuera conocido como «Día Cero», generó expectativas de unificar la economía, pero en retrospectiva, sus efectos han sido controversiales y están lejos de las metas planteadas.

De hecho, lejos de quedarse una sola moneda ganaron protagonismo otras tres, fenómeno acompañado de una inflación sin precedentes. El concepto de Tarea Ordenamiento cayó muy rápido en desuso dentro del discurso oficial. Ordenar era otra cosa.

De la unificación al auge del MLC

Tras la eliminación del CUC, el gobierno cubano introdujo el uso de cuentas en Moneda Libremente Convertible (MLC) para acceder a bienes esenciales en tiendas exclusivas.

Aunque inicialmente se presentó como una medida temporal para captar divisas extranjeras, el MLC se convirtió en una pieza clave para el consumo en la isla.

Sin embargo, su implementación agudizó la desigualdad entre quienes podían acceder a remesas desde el exterior y quienes dependían exclusivamente del CUP, devaluado frente al mercado informal.

Este sistema, que centralizó el control estatal sobre las divisas, enfrentó críticas por desabastecimientos recurrentes en las tiendas MLC y por la imposibilidad de extraer los dólares depositados en estas cuentas.

Muchos calificaron estas acciones como un «engaño continuado» hacia los ciudadanos, tanto dentro como fuera del país.

Un giro hacia la dolarización parcial

Recientemente, el primer ministro Manuel Marrero Cruz anunció un paso inédito: Una dolarización parcial de la economía y el regreso del dólar para el pago de varios vienes y servicios en la isla.  Algo que ya se constata con la apertura de mercados que operan exclusivamente con dólares en efectivo.

El primero de de estos establecimientos, ubicado en 3ra y 70 en Miramar, ya no acepta tarjetas MLC, marcando un retorno al uso del dólar físico como moneda preferida en el comercio minorista. Esta medida ha sido interpretada como un intento desesperado del gobierno por captar divisas frescas, tras agotar los depósitos en cuentas electrónicas.

¿Qué pasará con el MLC? En efecto, este cambio es el preludio de un viraje hacia la dolarización de la economía cubana. La aceptación del fracaso de la Tarea Ordenamiento y el reconocimiento del dólar físico como moneda que define el real poder adquisitivo de los ciudadanos de la isla.

Este modelo sigue generando desigualdades, perpetuando la exclusión de quienes no tienen acceso a remesas ni a empleos con pagos en divisas. En esencia, la mayoría del pueblo trabajador.

Una economía en retroceso

Las decisiones recientes reflejan un carácter rentista en la gestión económica, según el economista Mauricio de Miranda Parrondo. En un reciente análisis, De Miranda indica que estas medidas solo buscan «exprimir» a la población sin ofrecer soluciones sostenibles.

La historia del uso de divisas en Cuba, desde las tiendas en dólares de los años 90 hasta el MLC, evidencia ciclos repetitivos de absorción de recursos que no generan mejoras significativas en la calidad de vida de los cubanos. Una historia sin fin que siempre vuelve al mismo punto de partida.

Además, la persistencia de problemas estructurales, como la falta de producción nacional y el colapso de los servicios básicos, ha deteriorado aún más el nivel de vida del pueblo.

Este contexto, combinado con la falta de confianza en las instituciones económicas, deja a la ciudadanía en una situación de incertidumbre.

La visión de futuro

A cuatro años del «Día Cero», las promesas de unificación monetaria parecen haber dado paso a una economía fragmentada, donde no solo el dólar, coexiste con el CUP y la MLC, sino además con el euro y hasta el dólar canadiense o otras divisas extranjeras. Siempre en una relación desigual en la que la moneda nacional ha ido devalorizándose, y con ella los ingreso de la inmensa mayoría de los cubanos.

La reciente apertura de mercados exclusivos en dólares subraya el fracaso de la Tarea Ordenamiento como estrategia para estabilizar la economía. El anuncio reciente por parte del primer ministro Manuel Marrero Cruz nos devuelve a unas cuantas décadas atrás donde se admitió la dolarización de la economía interna.

Con una economía en crisis y una población cansada de promesas incumplidas, el reto de construir un modelo viable sigue siendo un objetivo distante.

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