(EFE).- La película mexicana Tótem, de Lila Avilés, fue la gran ganadora en la gala de premios del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana tras obtener este viernes tres premios.
La cinta del país norteamericano se alzó con el Coral por Mejor guion, Mejor largometraje de ficción y Mejor dirección artística en la noche de galardones de la edición 44 del festival. La argentina Los delincuentes, de Rodrigo Moreno, también logró tres premios: Mejor dirección, Mejor fotografía y Mejor edición.
La premiación, realizada en el cine Charles Chaplin, fue el colofón del festival, que desde el 8 de diciembre ha proyectado cientos de películas en la capital cubana y que culminará oficialmente el domingo.
Entre los reconocimientos destacó la victoria de El mundo de Nelsito en la categoría de mejor cartel, del cubano Vladimir Pérez. Asimismo, en la segunda edición del premio Arrecife, para la obra que mejor recoge la realidad de la comunidad LGBTIQ+, el galardón fue para la franco-colombiana Transfariana, de Joris Lachaise.
Con el eslogan “Luz verde: ¡Acción!”, el evento contó con 199 películas seleccionadas a concurso de un total de 19 países -las más representadas fueron las de México, Argentina, Brasil y Chile- en categorías como cortometraje de ficción, óperas prima, documentales y obras de animación.
También se hizo una serie de homenajes, como al cineasta cubano Tomás Gutiérrez Alea, codirector de Fresa y chocolate, única película de la Isla nominada a un Óscar y que en 2023 cumplió 30 años de su estreno; al realizador hispano-mexicano Luis Buñuel; al actor y director francés Max Linder y al caricaturista cubano Juan Padrón.
Con el eslogan “Luz verde: ¡Acción!”, el evento contó con 199 películas seleccionadas a concurso de un total de 19 países
En el marco del festival fue inaugurado el Centro del Cartel Cubano de Cine, lugar que expone parte de la colección inscrita en mayo en la lista de Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Esta edición del festival estuvo bajo la sombra del choque entre el sector del cine y el Gobierno cubano.
El malestar en el gremio se hizo evidente tras la censura al documental La Habana de Fito, trabajo dirigido por Juan Pin Vilar -y que cuenta las anécdotas en la capital cubana del artista argentino Fito Páez- a inicios de año, y la emisión en junio de una versión no definitiva de esa cinta en la televisión estatal, sin la autorización de su realizador.
Estos dos hechos marcaron la aparición este verano de la independiente Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC), la cual denunció la censura de dos de sus cintas en el festival.
Durante estos días de festival, al menos dos realizadores han cargado contra la situación por la que atraviesa el gremio y la actitud de las autoridades culturales.
Tras la proyección de Landrián -documental que habla de la obra de Nicolás Guillén Landrián, uno de los pioneros del cine insular y quien terminó en el exilio-, su director, Ernesto Daranas, aseguró que la censura es ejercida en Cuba “todavía hoy”.
De igual forma, el realizador Orlando Mora Cabrera criticó durante la presentación de su corto Brujo Amor que el festival de La Habana “deber de ser un espacio más plural, más inclusivo y más justo. Cuando se censura, no solo se excluye al artista, también se silencia la voz del pueblo”.
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