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La historia no contada del Teatro La Caridad

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La historia no contada del Teatro La Caridad

VILLA CLARA, Cuba. — No resulta para nada casual que el Teatro La Caridad lleve por nombre el de la Patrona de Cuba y que haya sido precisamente inaugurado un 8 de septiembre de 1885. La propia Marta Abreu de Estévez lo decidió así, puesto que declinó la idea inicial de que fuera bautizado con el suyo y, como todas sus obras, sería destinado a recaudar dinero para los pobres de Santa Clara.

Aunque ya existían coliseos de este tipo en las principales ciudades cubanas, La Caridad se erige como uno de los tres principales de la época colonial debido a sus características arquitectónicas y la decoración de interiores. El edificio consta de 30 metros de frente y 47 de fondo, ocupando una superficie de 1.288 metros cuadrados donde antes se enclavaba la ermita La Calendaria, una zona que era reconocida por los pilongos como “tierra santa”.

El proyecto del teatro fue ejecutado por el ingeniero Herminio C. Leyva y en solo un año estuvo listo para su apertura a un costo de 150 mil pesos oro. Como una de las obras más trascendentales de esta etapa, La Caridad fue concebido con paredes de 85 centímetros de espesor, cinco entradas diversas y nueve puertas, pero una de sus grandes fortalezas fueron las pinturas de su cielo raso, encargadas al pintor filipino Camilo Salaya, quien luego también decoró el teatro Terry de Cienfuegos.

Recorte de prensa del Teatro La Caridad recién inaugurado
Recorte de prensa del Teatro La Caridad recién inaugurado (Imagen: Redes sociales)

El fresco del techo muestra a una serie de personajes célebres de la escena española junto a ocho medallones con las imágenes de Tirso de Molina, Echegaray y la Avellaneda, entre otros. Un detalle curioso guarda relación con la aparición de un teléfono en esta pintura y con la modelo que posó desnuda, quien que llevaba por mote “Matasiete” debido a su estilo de vida desprejuiciado. Los herrajes, los asientos y el alumbrado inicial de 300 mecheros de gas fueron importados desde Estados Unidos.

El día de su inauguración, al que asistió Marta Abreu haciendo entrada sobre una alfombra de flores naturales, la prensa reseñó que la embocadura del teatro recordaba a la del Theatre Lyrique Imperiale de París por su clásica sencillez y elegancia. “En el centro de la misma, aparecen las iniciales de Marta Abreu, dueña del teatro, inmortal benefactora del pueblo”, describe una hoja literaria encargada para la fecha.

Teatro La Caridad en la etapa republicana (Imagen: Redes sociales)

Circo, boxeo y cine para hombres en La Caridad

Aunque el Teatro La Caridad había sido construido para la declamación, con la llegada del siglo XX y el fallecimiento de su propietaria se olvidó lo establecido en las Bases para su administración, según reseña el investigador santaclareño Rolando Rodríguez Esperanza, propiciando la organización de bailes, peleas de boxeo, circo y otros espectáculos que atentaban contra la moral.

En su proyecto de libro ya concluido Teatro La Caridad, tesoro inestimable, este especialista destaca que por aquel entonces subieron a los escenarios del teatro varias mujeres irreverentes, provocativas y ligeras de ropa, algunas con desempeño en el género sicalíptico como La Patti, La Bella Carmela, La Sevillanita, La Bella Morita, Lola Ricarte y Pepita la Canarito. También se dio la presencia allí del famoso ilusionista y ventrílocuo Fregolino y Carmita Ortiz, conocida como la Josephine Baker cubana.

(Imagen: Redes sociales)

Hacia el año 1915 se anuncia con bombo y platillo la presencia de la afamada bailarina y cupletista La Chelito en el Teatro La Caridad. Originaria de Placetas en esta misma provincia, Consuelo Portela había crecido en España y volvió a Cuba cargada de maletas con trajes de seda, aparatosos aditamentos y un don que no fue bien recibido por las señoras conservadoras de la época.

Sus anteriores apariciones en la capital habían sido calificadas como apoteósicas y en Santa Clara también fue causa de reseñas en periódicos y revistas por un insólito suceso. Al saberse de la presentación de La Chelito en el teatro, los hombres de la ciudad prácticamente enloquecieron y se dirigieron entusiasmados y en masa hacia el coliseo. Se cuenta que algunos de ellos le pidieron matrimonio y otros la esperaron durante horas para besarle la mano.

Interior del Teatro La Caridad (Foto: Redes sociales)

Sin embargo, las damas más puritanas reclamaron que se suspendiera aquel show escandaloso, a lo cual La Chelito respondió posando voluptuosa y pícara en el portón del teatro, vestida de un velo traslúcido que prácticamente mostraba todos sus encantos curvilíneos.

Otro suceso en Santa Clara fue la presentación del tenor italiano Enrico Caruso, quien, al percatarse de la amplia afluencia de público, pidió que abrieran las puertas del teatro y se cuenta que desde el parque Vidal se pudo escuchar la voz del cantante lírico. También, se habla de la presencia allí del actor Jorge Negrete, quien fuera abordado por una multitud de mujeres que se lanzaron sobre él a palparle sus partes íntimas.

(Foto: Redes sociales)

Varias bibliografías también aseguran que con la llegada del celuloide existió en el foso de La Caridad un cine exclusivo para hombres con muestras bastante atrevidas de filmes eróticos. También que se celebró una singular partida de ajedrez organizada por el ajedrecista José Raúl Capablanca en la cual las piezas eran personas; y que en los años veinte durante una presentación del circo, los espectadores tuvieron que correr por sus vidas cuando se abrieron por descuido las jaulas de los leones.

Una de las leyendas enriquecidas por el imaginario popular describe ruidos que se escuchan durante la noche en las galerías del teatro. Se cuenta al respecto que, al finalizar la Guerra de Independencia, un soldado español penetró en el foso para perderse en los túneles que cruzan el centro de la ciudad del cual no se supo más su paradero.

Una de las puertas de entrada al Teatro La Caridad (Foto: Redes sociales)

Hace poco tiempo, La Caridad estuvo en el centro de la polémica en el escenario artístico de la ciudad cuando se anunció formalmente que eliminarían el espacio de La Marquesina, un bar bohemio que acogía actividades nocturnas en vivo y una oferta bastante módica de coctelería. Se conoce que en el lugar será emplazado una pequeña sala de historia que incluye en la muestra una maqueta del mismo teatro.

Teatro La Caridad (Foto: Redes sociales)

Actualmente, La Caridad se encuentra cerrado al público desde hace tres años, período en el que ha sido sometido a una restauración capital que incluyó el desmontaje de las antiguas lámparas y de las icónicas obras pictóricas de Salaya. Hasta el momento se desconoce cuándo será su reapertura.

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