LA HABANA, Cuba. – El 16 de octubre de 1847 vio la luz una de las más fascinantes novelas que tiene como protagonista a una mujer. Jane Eyre, de la escritora británica Charlotte Brontë, ganó amplia popularidad desde su aparición, catapultando a su autora a la fama, aunque la mayor de las hermanas Brontë se mantuvo en el anonimato por algún tiempo después de presentado el libro.
Inicialmente la novela fue publicada bajo el pseudónimo de Currer Bell. Su éxito fue inmediato por parte del público y de la crítica. La historia de la dulce huérfana que sufre toda clase de maltratos, superando, no obstante, las adversidades para convertirse en una docta y sensible mujer, no ha dejado de sumar adeptos por más de un siglo.
Convertida en un clásico de la literatura romántica inglesa, Jane Eyre narra la historia de una joven que logra mantenerse fiel a sí misma en medio de un entorno conservador y cruel hacia la mujer. Ni la soledad, ni el miedo al desamparo, ni las presiones sociales, ni siquiera el amor, lograron que su espíritu libre y resuelto cediera ante lo que parecía ser el único camino posible. La protagonista encarna un modelo de mujer económicamente independiente y de admirable calidad humana, que comprende desde muy temprana edad que el camino a la felicidad está lleno de desafíos.
El modo de actuar y pensar de la joven, así como su manera de enfrentar el mundo, hacen de Jane Eyre una de las primeras novelas feministas de la historia. En su momento generó una interesante polémica, precisamente porque la protagonista es una mujer que, sin dejar de ser moralmente sólida, defiende su libertad de elegir y su derecho a tomar decisiones.
Entre las adaptaciones al cine sobresalen la de 1996, dirigida por Franco Zefirelli y protagonizada por Anne Paquin; y la del año 2011, del director Cary Fukunaga, con Mia Wasikowska y Michael Fassbender en los roles principales.