SAN LUIS POTOSÍ, México.- Carlos Calvo, exescolta del servicio secreto cubano, declaró en una entrevista exclusiva concedida a Cubanet, que el general José Castro Delgado murió completamente olvidado.
El general de Brigada de la Reserva falleció en un sanatorio, habiendo perdido la mente, según contó Calvo en su testimonio. “Pasó a un olvido permanente”, refirió, y agregó que se mantuvo abandonado por el régimen hasta sus últimos días.
José Castro Delgado asumió al frente de la seguridad personal de Fidel luego de una serie de problemas en el grupo de escoltas que ponían en riesgo la seguridad del dictador.
“No era buena persona, había desencuentros de las propias escoltas”, dijo Calvo sobre la llegada del general. “Iba a ser lo que tuviera que hacer para ganarse la confianza de Castro, incluso pasar por encima de sus compañeros”, destacó.
Los problemas que condujeron al despido del militar se remontan a 2004, cuando Fidel Castro se cayó luego de pronunciar un discurso en la plaza de Ernesto Che Guevara de la ciudad de Santa Clara.
Posteriormente, al llegar a La Habana, habiéndose sometido el exmandatario a una intervención quirúrgica, el grupo de escolta fue detenido y sometido a investigación.
La familia de Fidel (principalemente Raúl Castro) se había molestado por el “mal trabajo” de la escolta, lo que condujo a la expulsión de Castro Delgado, prohibiéndole acercarse al área de protección personal de Fidel.
El hijo del general, jefe de Contrainteligencia de la seguridad personal del dictador, también fue sacado de las filas y comenzó a quejarse de la actuación del régimen.
Tanto él como su padre fueron abandonados. Al inicio, dijo Calvo, a su casa, deteriorada, le llevaban una cantina de comida, la única ayuda recibida por el gobierno.
“José pagó el castigo por estar tantos años allí”, recalcó.
El propio Carlos Calvo contó las pésimas condiciones en que vivía la mayoría de los escoltas de Fidel, a excepción de unos cuantos que, como Castro Delgado, contaban con un carro.
Los guardias “eran parte común y corriente”, no tenían carro la mayoría, vivían mal y casi todos terminaron olvidados. En plena década del noventa acudían en bicicleta y pasaban trabajo para vivir.
En su relato aludió al caso del coronel Marcos, último jefe de la escolta personal, que fue degradado a jefe de una unidad de jardineros del régimen.
El Ministerio del Interior (MININT) solamente abordó, en una escueta nota, que Castro Delgado tenía 86 años al momento de su muerte.
Resaltó que el militar procedía de “un entorno campesino” y que se incorporó “desde muy joven” a “la lucha revolucionaria” en su natal territorio de Manicaragua, provincia de Villa Clara.
Indicó asimismo que se mantuvo 49 años de servicios en las filas del MININT “con sentido de pertenencia y fidelidad a la Revolución Cubana y a su Partido Comunista”.
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