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Esposa de preso político: “No voy a tumbar la dictadura, pero pongo mi granito de arena”

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Esposa de preso político: “No voy a tumbar la dictadura, pero pongo mi granito de arena”
Esposa de preso político: “No voy a tumbar la dictadura, pero pongo mi granito de arena”

SAN LUIS POTOSÍ, México.- CIUDAD DE MÉXICO, México.- Ilsa Ramos, esposa del preso político Yasmany González Valdés, padece la crisis económica, social y educativa que azota a Cuba, donde sus hijos no cuentan con las condiciones mínimas para lidiar con sus enfermedades y donde la vida se encarece cada vez más.

Entrevistada por CubaNet, Ramos, también opositora, compartió que es madre de un adolescente de 17 años y uno de 14 que sufre de autismo con retraso mental. Este último, precisó, tiene ataques de ira y se vuelve agresivo.

Cuando se detonan las crisis, golpea a su madre, y la ha lanzado al piso. Sin medicamentos para controlar su condición, pues estos solo se consiguen a precios elevados en el mercado negro, ha debido acudir de emergencia al hospital para tratarlo pero allí la situación de deplorable.

En el hospital infantil Juan Manuel Márquez, a donde acude luego de esperar que pasen las crisis de su hijo, le inyectan a su hijo medicamentos para sedarlo pero han llegado a amarrarlo cuando vuelve en sí y regresa a su estado de agresividad.

¿Cuál ha sido su experiencia en el hospital?

―La doctora me dijo una vez que cuando él se pusiera así cogiera una sábana, la picara en cuatro y lo amarrara. Yo creo que eso es un horror. Para mí eso es horrible. En la sala de psiquiatría, todo está oscuro, con tremenda falta de ventilación. Los amarran ahí, ellos los amarran. Tienen como técnica la inmovilización, que es una cosa horrible. Yo nunca permitiría que a mi hijo le hicieran eso.

Nunca lo he querido ingresar ahí porque tengo una amiga cuyo hijo estuvo así, igualito que mi hijo, lo ingresaron y cuando salió, salió peor. Ninguna experiencia buena tengo con respecto a la psiquiatría aquí.

¿Cuán difícil resulta conseguir medicamentos?

―No hay medicamentos. Mi hijo toma tres, de los cuales ninguno lo hay. Toma carbamazepina, que no hay, aloperidol, levopromacina, que tampoco hay. Y para la reacción de estabilidad vial, toma Benadrilina, que tampoco hay. Mi hijo se quedó sin psiquiatra, porque la psiquiatra se fue para Estados Unidos. Me enviaron con uno en Centro Habana que me dijo que tenía que ir a buscar la historia clínica en el Cerro. Yo no he ido hasta allá porque me es muy difícil ¿Y para qué? Para buscar el tarjetón y el aloperidol no lo hay. En estos momentos, él está sin psiquiatra.

¿Y la escuela?

―Tiene una escuela que es un horror. El curso pasado no lo mandé porque se pasó el curso entero enfermo. Pero además no le enseñan nada. Lo tienen ahí tirado, yo lo he visto, sentado ahí sin hacer nada. Viene con la mochila rota porque no le dan supervisión y cuando le dan la mochila, él la destruye.

No tiene maestro porque se han ido todos. Tienen, creo que para la escuela completa, dos maestros.

Ahora, además, tiene una infección en el pene por la humedad, parece que por no secarse bien. Lo llevé al médico y me dijeron que era una infección por no lavarle bien ahí y tenía que lavarle con agua hervida. Le mandaron el triple antibiótico u otros que existen y hubo que comprar una pomada en mil pesos.

Cuéntanos de tu relación con Yasmany

―Yo lo conocí en el año 2021, antes o después del 11 de julio. Empezamos una amistad muy fuerte y a finales de ese año, cuando terminé la relación con el padre de mis hijos después de 15 años, comencé con Yasmany y nos casamos. Admiraba mucho sus ideales y me sentía bien con él. Era anticomunista, igual que yo y me sentía súper bien con él. Era muy bueno con mi hijo sobre todo con el autista. El papá realmente no lo atendía pero Yasmany sí, incluso durante sus crisis.

¿Cómo has enfrentado el presidio político de Yasmany?

―Yasmany cae preso en 2023 por poner unos carteles contra la dictadura, que decían “Yo no voto en dictadura”. Cuando estaba la campaña esa de “yo sí voto”, el lo puso y después alguien lo delató.

Lo llevaron a Villa Marista, y lo amenazaron con que si no confesaba, iría yo presa para Villa Marista también.

Entonces él confesó y lo acusaron por propaganda enemiga, contra el orden constitucional. Le hicieron juicio y el delito era de 3 a 10 años y le echaron cuatro, ya lleva uno y medio.

Las visitas eran cada 21 días y ahora son cada 15 porque no hay comida en el combinado. Es que necesitan tantas cosas. Cuba es un horror.

¿Qué expectativas tienes en este país?

―Aquí no hay nada. Mi hijo no tiene un taller donde él pueda interactuar con otros. Él no tiene nada. Yo le echo siempre culpa a la dictadura esta, que estos niños están así. ¿Por qué no tienen nada? Él lo que necesita es que lo atiendan profesionales buenos, con terapias, pero que en Cuba es por gusto.

Esto es general para todos. No importa si eres opositora o si no lo eres. Todos están están en la misma situación. No tienen para dónde ir. No creo que la posición política afecte. Yo lo único que hago es que denuncio con la verdad.

¿Algún mensaje que quieras dejar?

―Quiero que el mundo sepa la injusticia que hay en este país. Porque mi esposo no es un criminal por un cartelito, eso es un delito inventado por ellos. Por el delito es el propaganda enemiga le echaron cuatro años en una prisión, que es para gente que tiene más de 30 años por delitos, en el combinado. Ahí es donde están los dos asesinos.

A mi esposo le denegaron los beneficios de visita. Y la educadora me dijo que era por el tipo de delito que tenía, por atentado contra la Seguridad del Estado. Yo siempre pongo el ejemplo de que Fidel Castro ponía carteles y hacía de todo y mi esposo por un simple cartel es un criminal.

También quiero denunciar la situación de los niños. No solo los míos, todos los niños de Cuba pasan hambre porque aquí no hay comida. Los precios de la mipymes son una falta de respeto. No tienen leche, no tienen un juguete, no tienen un lugar recreativo, no tienen nada.

Y quiero que el mundo lo sepa, que aquí se violan los derechos de los niños, los derechos de las personas. No hay libertad de expresión y los ancianos van vendiendo jabitas para ganar algo.

Yo cada rato que puedo me manifiesto en contra de ellos. Sé que no voy a tumbar la dictadura pero por lo menos pongo mi granito de arena.

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