LA HABANA, Cuba. – El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, apenas llegado a Angola como primera etapa de su gira africana que lo llevará también a Sudáfrica, Mozambique y Namibia, aprovechó la ocasión para insistir en el sentimiento de solidaridad que Cuba mantiene hacia esas naciones. En el caso específico de Angola se refirió a la idea de Fidel Castro de “ayudar a la recuperación y desarrollo de esa nación”.
Sin embargo, semejante alarde de solidaridad no puede ocultar el evidente sesgo utilitario de la visita del gobernante cubano a esos países. Lo anterior tomando en cuenta el elevado número de cubanos que trabajan en esas naciones, en especial en la esfera de la salud, y que representan la mayor fuente de divisas con que cuenta actualmente Cuba. El heredero de los Castro habría ido para comprobar de cerca cómo marchan los negocios de la cúpula gobernante en suelo africano. Estaría aplicando aquello que reza: “el ojo del amo engorda el caballo”.
En Angola, por ejemplo, trabajan actualmente 2.056 cubanos, de los cuales 1.171 pertenecen al sector de la salud. De esta última cantidad, 947 son médicos que se desempeñan en las 18 provincias de la geografía angolana. También hay 582 trabajadores del sector educacional, muchos de los cuales contribuyen a la formación de futuros médicos angolanos.
Si tenemos en cuenta que las autoridades cubanas retienen alrededor del 70% del salario que reciben los médicos de la Isla en el exterior, nos llevamos una idea de la importancia que el castrismo les concede a las misiones médicas cubanas allende los mares.
Ante la caída que han experimentado últimamente los ingresos por remesas y por la llegada de turistas foráneos, los servicios médicos en el exterior representan hoy la mayor entrada de divisas con que cuenta la Isla.
Según cifras aportadas por Consulting Havana Group, en el año 2021 los ingresos por servicios médicos ascendieron a 2.800 millones de dólares. Las remesas llegaron a 1.084 millones de dólares, mientras que el turismo solo aportó 230 millones de dólares. Incluso, ya dejado atrás la afectación por la pandemia del coronavirus, el sector turístico cubano no da señales de auténtica recuperación. Se estima que en este 2023 no se llegue a los 3,5 millones de visitantes que se habían previsto.
Tanto en Mozambique como en Namibia el señor Díaz-Canel pasará revista igualmente a la labor de los médicos cubanos en esas naciones. Y aunque su estancia en Sudáfrica, debido a la condición cubana de presidente pro tempore del Grupo de los 77 + China, responde a la celebración de la cumbre de los países que forman los BRICS, no dudamos que el gobernante cubano aproveche la ocasión para verificar el estado de la colaboración médica con ese país.
A propósito de la Cumbre de los BRICS, en la capital sudafricana Díaz-Canel tendrá la oportunidad de reunirse con varios de sus amigos, de los que espera una ayuda para tratar de sacar a flote la alicaída economía cubana. Entre ellos están Luiz Inácio Lula da Silva y Xi Jinping.
Aunque, claro, no podrá encontrarse con quien más hubiese deseado hacerlo. Porque su amigo Vladímir Putin no pudo viajar a Sudáfrica. Va a participar en la cumbre por videoconferencia. Si sale de su escondite en Moscú pudiera ser detenido, pues tiene orden de arresto decretada por la Corte Penal Internacional por sus crímenes de guerra en Ucrania.
Para Díaz-Canel, el gobernante ruso es un estadista intachable, pero para buena parte de la comunidad internacional no es más que un bandido.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
