El régimen cubano no ha perdido la oportunidad de arremeter contra la prensa independiente y los “medios de Miami” tras la difusión de la noticia de la muerte de un niño de tres años en la barriada de La Choricera, Guanabacoa, en La Habana. El caso, todavía bajo investigación, ha provocado una gran conmoción popular y numerosas especulaciones sobre la causa del fallecimiento de Eudis Yanyel Bueno Bec.
Solo la tarde de este sábado, más de 24 horas después de que se encontrara el cuerpo del menor de edad, el Portal del ciudadano de La Habana difundió una nota en la que ofrecía detalles del suceso y advertía que “las autoridades especializadas trabajan hasta llegar a la verdad de todos los motivos alrededor de este hecho”.
El niño, que había desaparecido la mañana del jueves, fue encontrado el sábado, según reportes de vecinos del lugar que conversaron con 14ymedio, en el interior de un viejo refrigerador, en desuso, ubicado en el patio de una vivienda cercana. “Fue el mismo hombre que vive en esa casa el que avisó a la familia de que estaba allí, no fue la Policía”, cuenta a este diario un residente en las cercanías. “La Policía llegó con perros el día anterior, pero no encontraron al niño”.
“Aunque las investigaciones sobre el hecho continúan, se demuestra hasta el momento que la causa de la muerte fue asfixia y que no sufrió violación ni ultraje alguno”, explica la nota oficial y pide “evitar especulaciones y acusaciones sin pruebas, incluso, contra las personas que hoy se encuentran detenidas, hasta que no concluyan las investigaciones”.
Según confirmó este diario, los detenidos son el hombre que encontró el cuerpo en el patio de su vivienda, conocido en la barriada como El Guajiro, y sus dos hijos nombrados popularmente Los Jimaguas. Al parecer, la policía busca dilucidar su relación con la muerte del menor aunque, en la medida en que pasan las horas, la hipótesis del accidente va ganando forma.
La primera explicación oficial sobre lo sucedido incluía la posibilidad de que Eudis Yanyel Bueno Bec estaba jugando a los escondidos con otros niños de su edad cuando se ocultó dentro del viejo refrigerador. El vocero oficialista El Necio explicó que otro de los menores pudo haber echado el cierre exterior del aparato. “Este refrigerador es de los antiguos, que tienen el cierre por fuera, allí lo dejaron trancado varias horas, lo que le produce la muerte”, citó.
Las cuentas oficiales en las redes sociales han comenzado a difundir, al unísono, llamados a “no creer a la prensa de Miami” y han aprovechado la ocasión para cuestionar la veracidad de las informaciones que difunden los medios independientes. Los comentaristas, sin embargo, han lamentado la tardanza en dar una versión oficial de lo sucedido.
“El noticiero no dijo nada la noche del viernes aunque la gente en la calle no hablaba de otra cosa”, critica una internauta en la página de Facebook del Consejo de la Administración de Guanabacoa. “Ustedes mismos son los que provocan la especulación y los rumores, con todo ese secretismo”, apunta otro.
El periodista oficial Cuscó Tarradell también lamentó la demora: “La ‘versión oficial’ sobre este caso debió esclarecerse con prontitud por medios oficiales de prensa -aún haciéndolo en las redes- con el fin de frenar los rumores, especulaciones, propagación de imágenes tristes y ‘los palos periodísticos’ a costa del sufrimiento y luto ajenos”
El velorio del niño en la funeraria, ocurrido este sábado, convocó a decenas de familiares y vecinos de la zona, según confirmó este diario y en el entierro también participaron residentes en la zona y otras personas que llegaron hasta el lugar sensibilizadas con lo sucedido.
Ubicada en las inmediaciones de la antigua cárcel de mujeres de Guanabacoa, la barriada de La Choricera es un asentamiento habitado, mayoritariamente, por familias muy pobres emigradas del interior del país. Con viviendas precarias, muchas de ellas hechas de tablas y latas, la comunidad carece de servicios básicos como agua potable y alcantarillado.
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