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Cuba, donde una boda cuesta una fortuna

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Cuba, donde una boda cuesta una fortuna
Cuba, donde una boda cuesta una fortuna

LA HABANA, Cuba. — Hace pocos días fui testigo legal en la boda del hijo de una antigua amiga, celebrada en el Palacio de los Matrimonios (sita en la calle Kessel y 5ta) del reparto Víbora Park, en el  municipio Arroyo Naranjo.

Fue una ceremonia sencilla, que contó solamente con un brindis para siete familiares, ocho amistades y dos niños pequeños, en total diecisiete personas, pero tuvo un costo exorbitante.

Los amigos que se casaron tuvieron que pagar 1.000 pesos cubanos a una persona que hizo la cola para conseguir el turno para la boda en el Palacio de los Matrimonios y otros 2.000 pesos a quien hizo la cola para obtener la certificación de divorcio de la novia.

El automóvil, moderno, con aire acondicionado, adornos y tocando la Marcha Nupcial y adornos, que llevó a la prometida hasta el Palacio, costó 6.000 pesos. Los carros que recogieron a los familiares, para llevarlos después hasta la casa de la hermana de él, donde efectuaron el pequeño brindis, aumentó el gasto en 3.000 pesos más.

El vehículo que trasladó a los recién casados hasta la playa de Varadero, donde pasaron su luna de miel, cobró 30.000 pesos ida y vuelta.

El costo mayor fue el hotel por un paquete de cuatro días con todo incluido, valorado en 1.300 euros, que se pagaron desde los Estados Unidos.

En peluquería y maquillaje de la novia se gastó 5.000 pesos. El alquiler de los trajes para ambos fueron 12.000, y los anillos de matrimonio 30.000 pesos.

Se contrató a una fotógrafa profesional que cobró 50 dólares por las fotos en el Palacio y en la casa.

Decorar la vivienda para las fotografías con los adornos traídos del exterior costó 500 dólares.

El pequeño brindis para el reducido número de personas presentes consistió en un cake de mediano tamaño valorado en 7.000 pesos, la típica ensalada fría costó 10.000 pesos; una caja de cerveza, 3.360 pesos; una botella de vino para el brindis de los recién casados, 2.000;  los refrescos, 960; y un paquete de café marca La Llave, 1.100 pesos.

A la boda asistió la prima del desposado, que llegó expresamente desde Miami, donde vive, para asistir al evento. Ella financió la mayor parte de la celebración y trajo, además, la ropa y zapatos para su tía y prima, que costaron alrededor de 250 dólares. Su pasaje de avión costó 360 dólares, y el auto de alquiler para venir del aeropuerto, otros 100 dólares. En su estancia por tres días con la familia gastó, como mínimo, 150 dólares.

Un resumen de los costos totales arroja una cifra entre pesos cubanos y divisas —al cambio informal por esos días— de 797.420 pesos, el equivalente a unos 3.190 dólares.

¿Qué cubanos que cuenten solamente con sus recursos pueden costear una boda así? Con la crítica situación económica que hay en Cuba, sin el apoyo de familiares residentes en el exterior, resulta imposible. Por eso, muchas parejas deciden casarse en una notaría, sin fiesta, o no certifican el casamiento y viven en concubinato.

Antes de la Revolución, solo hubiera tenido un costo tan exorbitante como el de la boda de mis amigos  una de aquellas bodas que celebraban las familias más acomodadas, con fiestas con numerosos invitados en grandes salones, y que aparecían en la crónica social de los periódicos.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

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