La activista camagüeyana Ienelis Delgado Cue, conocida en redes sociales como la Mambisa Agramontina, fue condenada este lunes a nueve meses de prisión por el supuesto delito de “desacato”, confirmó este martes a Martí Noticias el periodista José Luis Tan Estrada.
Delgado Cue fue detenida en abril pasado tras su abierto apoyo a la también activista Aniette González, de 43 años, detenida el 23 de marzo por publicar fotos de su cuerpo cubierto con la bandera cubana, y a quien la Fiscalía de Camagüey solicitó cuatro años de cárcel por el presunto delito de “ultraje a los símbolos patrios”.
Según la abogada Laritza Diversent, a la presa política le faltarían cuatro meses por cumplir en prisión, tras pasar los otros cinco en prisión preventiva.
Al concluir el juicio, Delgado Cue fue llevada de regreso a la prisión Kilo 5, o Granja 5, como se le conoce. Esta es una cárcel “de máxima seguridad para mujeres”, apuntó Tan Estrada.
Según el periodista, la madre de Delgado Cué le dijo que su hija no quiso abogado defensor durante el juicio. “La madre dice que ella (Ienelis) mando a sacar el abogado de ahí, porque ella estaba consciente de que el abogado no la iba a defender”, señaló.
Tan Estrada, que se ha seguido de cerca el caso de la activista, fue detenido por la Seguridad del Estado cuando intentaba llegar al tribunal para cubrir el juicio en su contra. Reportes en redes de la revista independiente La Hora de Cuba denunciaron también la detención de su director, el periodista Henry Constantín.
Tan Estrada dijo a Martí Noticias que Constantín estaba al lado de la madre de la prisionera política, frente al tribunal, cuando lo esposaron y fue detenido para la 3ra Unidad de la Policía.
“Crónica de una detención arbitraria”
Sobre su detención este lunes, Tan Estrada explicó en un detallado post en Facebook que fue interceptado en la misma esquina donde está ubicado el Tribunal Popular de Camagüey.
“Dos represores agentes de la Seguridad del Estado vestidos de civil, uno era el tal “Yoan”, y alrededor de cuatro policías con uniforme junto a un carro de patrulla, vinieron hacia mí y en la peor de las formas me montaron en la patrulla. Uno de los policías trató de quitarme el teléfono violentamente y decía “ah, porque estás grabando”, teniendo el móvil apagado”, detalló el comunicador.
Tan Estrada dijo que de ahí fue traslado a la 3ra Unidad de la Policía, y luego a 2da Unidad. “Al llegar, uno de los oficiales de guardia expresó que “la orientación era meterme en el calabozo”, y así hicieron”, subrayó.
El periodista, que pasó alrededor de cinco horas incomunicado, describió las precarias condiciones de la celda en la que fue recluido. “En la celda éramos, contándome, 6 personas para dos literas de piedras y 4 camitas, un baño tupido a la vista de todos. Sin luz, llena de mosquitos, cucarachas, ratones, sin ventilación, el calor era insoportable, la peste, la oscuridad y la desorientación del tiempo eran los protagonistas”.
Tan Estrada dijo que, en el acta de detención, los oficiales habían declarado que estaba retenido “por desorden público”, lo que, afirmó, era falso.
El comunicador fue luego trasladado a una oficina, donde un agente vestido de civil de la Seguridad del Estado, que se identificó como “Jonathan”, le habló de sus vínculos con otros periodistas independientes.
“El esbirro Jonathan empezó diciendo que el conocía muy bien a mis colegas en la provincia (refiriéndose a La Hora de Cuba) porque era quien atendía la prensa y el sector de la Cultura por la Seguridad. Y que él estaba delante porque me habían hecho una carta de advertencia, como medida profiláctica en mi contra, por “desobediencia civil”. Su argumento fue que yo no le hice caso a lo que me había dicho el represor “Cristian” en los anteriores interrogatorios, de que dejara de denunciar y seguir haciendo un periodismo de verdad. Además, Cristian reconoció el mal proceder de la Policía al querer imputarme el delito de “desorden público”, que yo estaba ahí por “desobediencia civil”, enfatizó varias veces”, señaló Tan Estrada.
El periodista, expulsado en 2022 de su puesto de profesor en la Universidad de Camagüey por sus publicaciones en redes sociales, denunció el intento de la policía política de acallarlo a él y a su colega, Constantín Ferreiro, y advirtió que seguirá ejerciendo su labor comunicativa a pesar d elas amenazas.
“Al estilo más cruel y represor trataron de callarnos, no solo a mí, sino también a mi colega Henry Constantin Ferreiro. Pues, esbirros y represores del régimen cubano, seguiré fiel a mis ideas, a mis convicciones. Luchando por lo que creo y defiendo. No puedo hacerme el ciego y darle la espalda a los problemas, a las injusticias”, concluyó.
(Incluye reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)