MIAMI, Estados Unidos. — Pocos días después de que la cienfueguera Melissa Vargas se coronara campeona de la Liga Europea de Voleibol con la escuadra de Turquía, y MVP (jugadora más valiosa) del torneo, el también cubano Wilfredo León repite la hazaña en la rama masculina liderando al equipo de Polonia, que ganó invicto el Campeonato Europeo de Voleibol, derrotando categóricamente a Italia en la final.
El atleta antillano, de treinta años y 2.03 de estatura, debutó con la selección polaca en 2019, conquistando la presea de bronce en el Campeonato Europeo, y un meritorio segundo lugar en la Copa del Mundo de la FIVB.
Su carrera despegó definitivamente tras solicitar la baja de la selección cubana en 2013. A pesar de la sanción impuesta por la Federación Cubana de Voleibol, que consideró su petición como una indisciplina grave, León fichó en 2014 con el club Zenit Kazan de Rusia. Cuatro años más tarde fue fichado por el Sir Safety Perugia, donde continuó ganando medallas y experiencia.
Antes de representar a Polonia, país que lo acogió definitivamente, había conquistado cuatro Campeonatos de Rusia e igual número de Champions League; un mundial de clubes de FIVB, una Copa Italia y una Supercopa de Italia.
Sus habilidades como receptor y atacante lo han convertido en una de las estrellas más completas del voleibol a nivel mundial. Implacable en el saque, estratégico y certero a la hora de rematar, figura en la élite mundial como el MVP del recién concluido certamen, donde registró un 45% de efectividad en ataque ante Italia. A pesar de no haber jugado a tiempo completo en todos los partidos, León terminó entre los mejores cincuenta anotadores con 78 puntos.
El nombre de Cuba se hizo presente para recordarle al mundo que todavía hay talento para volver a pisar el olimpo deportivo. Wilfredo León y Melissa Vargas son herederos legítimos de la raza de campeones que en otros tiempos dio el volley cubano. Son una muestra de lo que pueden lograr los atletas de la mayor de las Antillas en un ambiente de libertad y bienestar, sin chantajes ideológicos.