En las calles de La Habana es común ver personas en condiciones de deterioro físico y mental tiradas en el piso o deambulando sin rumbo. Este panorama refleja el abandono y pobreza que sufre un sector de la sociedad cubana. Los transeúntes evitan ayudar e incluso aprovechan para robarles sus pertenencias.
Al caer la noche, algunas personas sin familia o rechazadas por ésta deciden dormir en la calle al no tener otro lugar a dónde ir. El régimen no provee albergues ni asistencia para atender a la población desamparada. Así amanecen las calles de La Habana, con ciudadanos durmiendo a la intemperie.
La grave situación económica y social en Cuba se evidencia en el deterioro de las condiciones de vida de su población. La pobreza y las carencias básicas orillan a muchos cubanos a vivir en la indigencia, sin recursos para su subsistencia ni apoyo de las autoridades.
