El régimen de La Habana ha sabido aprovechar el alivio temporal de las sanciones de EE UU sobre el petróleo de Caracas: mientras Cuba recibe crudo y derivados procedentes de Venezuela, este último importa de Italia y España el combustible que le falta para hacer funcionar su economía y compensar la baja producción de sus refinerías. Eni y Repsol han acordado mandar 900.000 barriles de combustible “humanitario”, según Bloomberg, de los que han llegado 611.000 en las últimas semanas.
Este martes, de acuerdo a las aplicaciones de rastreo marítimo, estaba anclado en Matanzas el buque cubano Sandino, uno de los que con más frecuencia viaja a la terminal venezolana de José. Por su parte, el buque Delsa, con bandera cubana y capacidad de carga de más de 350.000 barriles de crudo, entró a la bahía de Matanzas procedente de México –otro de los socios petroleros de La Habana–, informa a 14ymedio Jorge Piñón, especialista de la Universidad de Texas. “En la mañana, el barco aún no había llegado al muelle, mientras que el tanquero Ocean Mariner todavía está en aguas territoriales, fuera de la bahía matancera.
Sin declarar su procedencia, el tanquero Nikos I.V. –con bandera de San Vicente y Granadinas, otro aliado del Gobierno de Miguel Díaz-Canel– está anclado en La Habana, mientras que el Gloria C se espera que llegue este miércoles.
En cuanto a Cienfuegos, cuya refinería está actualmente fuera de servicio y que fue destino habitual de los petroleros que venían de Venezuela, Piñón lo define como un “puerto fantasma”, al menos de momento. En la bahía sureña solo suelen recalar, según muestran las aplicaciones de rastreo marítimo, algunos yates de turismo y unos pocos cargueros.
En cuanto a Cienfuegos, cuya refinería está actualmente fuera de servicio y que fue destino habitual de los petroleros que venían de Venezuela, Piñón lo define como un “puerto fantasma”
En medio de una crisis de combustible solo comparable a la de la propia Cuba, Venezuela ha recibido de Europa dos cargamentos de combustible –de 351.000 y 260.000 barriles, respectivamente– en el último mes. Ambos envíos se realizaron alegando que Caracas no estaba en condiciones de producir gasolina y diésel para cubrir las necesidades del país.
De ahí, asegura Bloomberg, que tanto Eni como Repsol aprovechen la “tregua” de EE UU para expandir sus negocios con Venezuela, que gestiona la mayor reserva de petróleo del mundo, afirman. Enviar crudo a Europa para ser refinado allí es uno de los modos de pagar las deudas de Caracas con ambas petroleras. Según Bloomberg –citando a una fuente en la estatal Pdvsa–, es probable que este trueque se vuelva sistemático.
Además, como expone el medio, el método es habitual en los negocios de Pdvsa –que no puede recibir pagos en efectivo–, que suele cambiar crudo por combustible. Venezuela recupera gradualmente su producción tras el levantamiento temporal de las sanciones, que incluyen no solo el sector petrolero sino también el del gas.
La Administración de Joe Biden puso como condición la supervisión internacional de las próximas elecciones en Venezuela y la revocación automática de la medida si el régimen de Maduro no cumple con los requisitos de transparencia y si no libera a varios prisioneros estadounidenses detenidos en ese país.
“El Tesoro está preparado para modificar o revocar autorizaciones en cualquier momento, en caso de que los representantes de Maduro no cumplan con sus compromisos”, afirma el texto.
Estados Unidos tomó esta decisión en respuesta a la firma de un acuerdo de hoja de ruta electoral entre la Plataforma Unitaria de Venezuela y representantes del Gobierno de Maduro, aseguró el Departamento del Tesoro.
EE UU emitió también una segunda licencia, que autoriza transacciones con Minerven (la empresa minera de oro estatal) y que, según el Tesoro, tendrá el efecto de reducir el comercio de ese metal en el mercado negro.
Por su cercanía política a Caracas, Cuba es un beneficiario directo del levantamiento de las sanciones. Sin embargo, la Isla vive una temporada de apagones y debacle energética. La inestabilidad de sus refinerías más importantes, como la Ñico López en La Habana, tiene su correlato en las gasolineras vacías y en los cortes de electricidad. Con cero transparencia en la gestión de las estatales como Cupet y pocas declaraciones oficiales sobre la verdadera situación del suministro de combustible, la Isla se encuentra en un punto muerto.
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