Madrid/El tanquero Corossol, de bandera liberiana y con una capacidad de 106.000 toneladas, lleva en aguas cubanas desde el pasado noviembre, pero no ha sido hasta este lunes que ha entrado en el puerto de Matanzas. Según estima el especialista de la Universidad de Texas Jorge Piñón, basándose en su calado, va cargado con unos 650.000 barriles de diésel (88.000 toneladas) –su máximo certificado es de 714.000 barriles–, comprado en el mercado internacional con crédito ruso. Ello dará un respiro a la Isla, que sufre un déficit eléctrico diario de 1.500 megavatios (MW), equivalente a casi la mitad de la demanda nacional.
Por qué el Corossol no ha desembarcado antes es un misterio para el experto, que monitorea las naves que van y vienen con petróleo para la Isla. “¿Pagaron la factura? ¿Problemas con la calidad del producto? ¿Falta de espacio para almacenar el producto?”, dice a este diario Piñón, reiterando con la última pregunta un asunto ya explicado en otras ocasiones: que con el incendio de los Supertanqueros de Matanzas, en agosto de 2022, el país perdió gran parte de su capacidad de almacenamiento de combustible.
De acuerdo a los cálculos del especialista, el volumen que transporta el tanquero tiene un valor aproximado de casi 60 millones de dólares. “Es mucho dinero para simplemente estar flotando”, opina.
El volumen que transporta el tanquero tiene un valor aproximado de casi 60 millones de dólares
Las cifras evaluadas por Piñón –60 millones de dólares y 88.000 toneladas– le llevan a la conclusión de que el Corossol forma parte de los acuerdos firmados entre Cuba y Rusia a principios del pasado noviembre. Este incluía, justamente, el otorgamiento a La Habana de un crédito por 60 millones de dólares para la compra de 80.000 toneladas de combustible.
El 4 de noviembre, detalla Piñón, el petrolero partió del puerto de Rotterdam con destino Matanzas, y tan solo unos 14 días después, llegó a aguas territoriales cubanas. “Los servicios de seguimiento por satélite no lo muestran en ningún momento entrando al puerto o atracando”, precisa el experto, que añade que la nave hizo dos viajes secundarios “técnicos”, uno a Freeport, Bahamas, el 22 de diciembre, y otro a Houston, el 29 de enero. En ambas ocasiones, el Corossol volvió a la Isla uno o pocos días después.
La imagen compartida por el especialista, que ilustra los movimientos del tanquero frente a las costas occidentales cubanas, parece un intenso garabato dibujado y redibujado. En cualquier caso, dice Piñón, en la Isla “tendrán diésel para varios meses”.
El especialista también destacó las declaraciones de este mismo lunes realizadas por la Empresa de Gas Licuado, dependiente de Cupet, reconociendo que se encuentra “afectada la distribución y venta por déficit del producto hasta que se realice la próxima importación”. Al respecto de ello, Piñón señala que el tanquero Pastorita está en República Dominicana esperando a cargar y otros dos barcos, el Emilia y el Gas Exelero, en el fondeadero de la Bahía de Jagua, en Cienfuegos.
Mientras tanto, y al menos hoy, los apagones seguirán sin dar tregua. El parte de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) vuelve a pronosticar una afectación por encima de los 1.500 MW. En concreto, 1.597, para una disponibilidad de 1.723 MW y una demanda de 3.250 MW, en el horario de máxima demanda, algo más de lo que se afectó el día anterior (1.562 MW).
Un total de 816 MW faltan debido a la escasez de combustible, incluidos los que proporcionarían cinco motores de la central flotante turca de Regla –de los ocho que tiene– y cinco de la de Melones –que tiene en total 12. La partida de cinco de las ocho patanas que llegó a haber en puertos cubanos ha incidido considerablemente en la capacidad energética de los últimos meses, y no parece que la velocidad que le están imprimiendo a la construcción de parques fotovoltaicos sea suficiente para paliar la crisis.
