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Tranquilino, el intelectual cubano que murió solo

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Tranquilino, el intelectual cubano que murió solo
Tranquilino, el intelectual cubano que murió solo

Puerto Padre, Cuba.- “¿Alguien sabe quién fue Tranquilino Sandalio de Noda?”, preguntó un conferencista, y del público sólo una voz dijo: “Por supuesto”. Esa interrogante y la solitaria respuesta ocurrió el pasado 1ro de febrero, en Miami, Florida, durante la conferencia Los intelectuales y el castrismo, que fue un evento académico de raíz histórica, pero sobre todo, fue un intercambio de ideas políticas, culturales, sociológicas, en las que, por humanísticas, lo didáctico, lo pedagógico salió privilegiado en lo que al futuro inmediato de Cuba concierne. Porque si no sabemos de dónde venimos, no sería raro que nuevamente extraviáramos nuestro camino en busca de la libertad, como ya en tantas otras ocasiones nos ha sucedido en este dilatado parto de la nación cubana.

De la conferencia, convocada por el Instituto de la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo, su director Pedro Corzo, historiador, escritor y amigo, tuvo la amabilidad de enviarme los videos con las ponencias de los participantes. Los ponentes fueron intelectuales cubanos llegados de distintos lugares de Estados Unidos donde residen hoy, luego de a lo largo de más de sesenta años de dictadura, salir de las cárceles castrocomunistas o de abandonar sus cátedras o cargos diplomáticos en instituciones del régimen, antecedentes multiculturales que ya mucho dice del sentido ecuménico de la conferencia. Tengo pendiente con los lectores, pues, un apunte a desarrollar en el próximo artículo, concerniente a la nación y a sus intelectuales.

Pospongo el tema de la nación y los pensadores de cómo la nación, pues, cuando los conferencistas en Los intelectuales y el castrismo decían que el totalitarismo castrocomunista en su afán de perpetuarse en el poder habían borrado, tergiversado o lanzado al olvido no sólo a los intelectuales que abiertamente se opusieron al régimen, sino también a aquellos estudiosos en nuestros orígenes, es que surge aquella interrogante incómoda: “¿Alguien sabe quién fue Tranquilino Sandalio de Noda?”, y como solamente una voz dijo: “Por supuesto”, valga decir que este, el de Tranquilino, es un buen ejemplo de nuestra orfandad como nación.

Fue Tranquilino Sandalio de Noda y Martínez, un cubano eminente, agrimensor, escritor y políglota, nacido en 1808, no lejos del cafetal Waterloo, en Pinar del Río, y fallecido en San Antonio de los Baños, el 23 de mayo de 1866. Con instrucción autodidacta, estudió varios cultivos, plagas en plantas cultivadas, y sobre la pertinencia en la racionalidad de cultivos como el del café, donde desarrolló ideas en artículos escritos y publicados en 1829, por ejemplo el concerniente a la economía de los costos de producción, esto, durante la crisis mundial de producción cafetera, pues disminuir los costos, decía, era igual a aumentar la cantidad de productos; así mismo, hablaba Noda y Martínez varios idiomas, incluso, algunos africanos.

En 1829 la Sociedad Económica de Amigos del País lo eligió como socio de mérito y premió su monografía Memoria sobre las causas que producen alteración de cosechas de café, lo que mucho dice de la profundidad de su pensamiento y proyección intelectual en tan temprana época.

Desafortunadamente, el intelectual Tranquilino Sandalio de Noda y Martínez, un hombre que pensó en su país y en la prosperidad de la nación cubana y del mundo todo, murió a los 58 años de edad en la más absoluta soledad. Tendido su cadáver en el suelo, cuenta la historia que cuatro humildes campesinos fueron su vela postrera; sus restos se unieron a la tierra que tanto amó y estudió. Hoy sobre las cenizas de sus huesos no existe una lápida. Es, como si fuera el signo de los intelectuales insumisos en Cuba, una nación dada a las pleitesías.

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