MÉRIDA, México.- Un reportaje del diario oficialista Trabajadores evidenció la crisis del sistema portuario y las condiciones a las que están expuestos los trabajadores de los puertos cubanos, con salarios ínfimos que no se corresponden con las ganancias de las empresas y malas condiciones laborales.
Silverio, trabajador del puerto de La Habana, reveló que en su centro laboral se roba y dijo: “Sí, es verdad, en el puerto se roba. Y si se roba es porque no todo el mundo hace lo que tiene que hacer. ¿Cómo si hay un kilómetro de distancia del atraque a la puerta alguien puede recorrer esa distancia con una mochila cargada con ‘intriga’ y nadie ve nada? Todos saben la respuesta”.
Según se lee en la nota de Trabajadores, en el puerto de Guanabacoa y en los del resto de país algunos problemas se repiten: reclamaciones obreras, conflictos, cambios de directivos, descontrol, falta de higiene en baños y taquillas, bajos salarios, poco encadenamiento productivo, mala atención a los trabajadores e “incalificable alimentación”.
Roberto Betharte, al frente del Departamento de Asuntos Sociales y Laborales de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), y Agustín Robert Sánchez, jefe del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transporte y Puertos, coincidieron en que los trabajadores perciben bajos salarios a pesar de que aumenten las utilidades.
“En la rada habanera han llegado a multiplicar utilidades hasta un 280%, pero los operadores de carga y descarga solo han obtenido unos 300 pesos —otros menos—. El asunto tocó fondo en el primer trimestre del 2023, cuando no recibieron nada; mientras en el cuarto trimestre el monto ni siquiera rozó el salario medio de los estibadores. La lista no jugó con el billete”, dijo Betharte.
Algunos de los temas comunes
A los bajos salarios se suma el estado de los baños, que califican como “crítico, muy difícil”. Aunque invirtieron para instalar taquillas, estas carecen de seguridad y les roban a los trabajadores sus pertenencias personales.
El tiempo de espera, en que los operadores son citados al centro para esperar que entre un barco, se ha convertido también en un problema.
“Si no llegan barcos, hay que pagarles el salario y las utilidades, y en caso contrario la entidad tiene entonces que declararlo interrupto, lo que no ocurre siempre. Al final surge una gran contradicción porque el interrupto no tiene derecho al cobro de utilidades, mientras quien fue llamado y espera, sí. A ello se une que en no pocas ocasiones también el barco está cobrando estadía. Es decir, la economía nacional pierde tres veces”, dijeron los directivos sindicales.
Otra deficiencia común a los 13 puertos de Cuba es la comida, con escasas porciones y mala calidad.
En el puerto de La Habana tiene derecho a ella los trabajadores directos, y el gramaje y la calidad son pésimos.
Sin medios de protección
En Santiago de Cuba, además, un trabajador reconoció que tampoco tienen medios de protección, ni incentivos monetarios y el transporte obrero no es frecuente.
“¿Botas para trabajar? Ni recuerdo la última vez que las dieron, y sobre la alimentación, en los últimos tiempos los altibajos son frecuentes. Por otro lado tampoco se concreta ni aquí ni en ningún otro puerto del país, lo que tantas veces hemos solicitado: que se restablezca algún pago en moneda libremente convertible, ahora tendría que ser en MLC. En el puerto manipulamos carga que da dinero ‘duro’ a la economía nacional”, expresó.
Para llegar al puerto deben desembolsar dinero que no se les repone y exponerse a tramos peligrosos donde pueden ser víctimas de robos.
“Venimos al turno que se inicia a las seis de la mañana, y muchos compañeros tienen que llegar a pie pues solo hay una ruta del transporte obrero; otros pagan hasta 100 pesos al chofer de un pisicorre para estar puntuales, pero pueden pasar las horas y concluye el turno sin que lleguen los camiones o las casillas para cargarlos”, refirió el santiaguero.
Como resultado solo obtienen un día perdido y “cero dinero para el bolsillo”, si ya sobrepasaron el tiempo de interrupción laboral pagado según la ley.
Un problema de larga data
Años atrás, trabajadores del puerto de La Habana protestaron públicamente contra las autoridades cubanas exigiendo cambios en la reforma salarial.
Los estibadores de esa instalación fueron ubicados en una de las escalas salariales más bajas de la llamada “tarea ordenamiento”, lo que motivó que los operarios terminaran en huelga.
Para los huelguistas, los salarios dispuestos por las autoridades (2.420 pesos) no se correspondían con la importancia de la faena que se realiza en el puerto ni con el esfuerzo que realizan diariamente para descargar los alimentos y productos de primera necesidad que llegan a la Isla.