Unos 96 carretoneros de Las Tunas verán reducidas sus impuestos en un 35% si se comprometen a retomar su trabajo como recogedores de basura en la cabecera provincial, aseguró este martes la prensa oficial. El Consejo de Administración del municipio evita calificar la medida de desesperada, pero admite que necesita atraer, con algún incentivo, a quienes habían abandonado la tarea “agobiados por el incremento de los costos operacionales”.
Hay un “declarado propósito de reanimar este servicio crucial para la higiene colectiva, muy deprimido en los últimos meses”, reconoció el oficialista Periódico 26, que subrayó el carácter “excepcional” de la reducción de impuestos para no dar falsas esperanzas a otros sectores. La medida tendrá validez “siempre y cuando los contribuyentes interesados mantengan el vínculo contractual con Servicios Comunales”.
Según el diario, datos oficiales de los Servicios Comunales –que no están disponibles para consulta pública– revelan que existe en la provincia “un severo déficit en la cantidad de carretoneros prestando ese servicio” respecto al número que necesita para que la recogida sea estable.
Cuando los carretoneros amenazaron con retirarse porque la recogida de basura no era tan rentable como esperaban, Comunales puso el grito en el cielo
Cuando los carretoneros amenazaron con retirarse porque la recogida de basura no era tan rentable como esperaban, Comunales puso el grito en el cielo, pues la tracción animal ha sido el único método que han encontrado ante el desabastecimiento de combustible y la inexistencia de camiones especiales.
“El deterioro del equipamiento estatal y la carencia de combustible afectaron la capacidad de las entidades estatales encargadas de la recogida de la basura”, por lo que la mayor parte de este servicio se realiza gracias a estos “emprendedores”, que recogen hasta el 85% de los desechos.
No obstante, los funcionarios no aclararon si la medida se pondrá en marcha en otros municipios de la provincia o en los territorios que enfrentan dificultades similares.
Un artículo publicado el pasado marzo en Periódico 26 indicaba que, en esa fecha, sólo había 101 carretones operando. Este noviembre, la cifra bajó a 96, un número insuficiente para una ciudad como Las Tunas, que necesitaría 250 cocheros para mantener a raya los 33.200 metros cúbicos de basura que generan al mes sus habitantes. Entonces, Comunales se mostraba aún inflexible y aseguraba que no pagaría “ni más ni menos” que lo que establecía el contrato.
Las declaraciones de algunos de los propietarios de coches a la prensa oficial sugerían que, ante los elevados impuestos del 15% anual y el peligro de manipular los desechos sin los medios adecuados, la desbandada hacia el sector por cuenta propia sería inevitable.
Ni siquiera tenían el derecho de comprar insumos para garantizar la higiene de su trabajo, pues las autoridades les impedían el acceso a guantes, botas y ropa de trabajo, disponibles, aunque en cantidades reducidas, en sus almacenes.
“Me quité de arriba el andar todo el día lleno de churre, con riesgo de enfermarme, porque entre los desechos hay muchas cosas que pueden hacer daño y te revisan los papeles una y otra vez”, contó a la prensa oficial uno de los trabajadores, que ya había encontrado una salida en el sector privado. “Ahora, alquilado, con un par de buenas carreritas en el día, o botando escombros de una construcción, salgo bien”, aseguraba.
“Ganar más y sudar menos” era la consigna que los carretoneros repetían, sin ambages, ante los periodistas que los entrevistaban. Después de meses de tensiones, por fin, la balanza se inclina –aunque sea levemente– a su favor.
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