SANTIAGO DE CUBA. – El recrudecimiento de la ya tensa situación económica y energética ha ocasionado mucha frustración e incertidumbre entre los cubanos. Sin embargo, esta nueva “contingencia”, anunciada por altos funcionarios del régimen el pasado miércoles 27, en el programa televisivo Mesa Redonda, no fue una sorpresa para quienes desde hace meses ya vienen padeciendo el déficit de combustible, la falta de transporte, los problemas con el bombeo del agua y los constantes cortes eléctricos, entre otras graves dificultades.
Para Mireya Nápoles, “la situación no podía ser peor”. Aunque vive en Songo La Maya, diariamente tiene que viajar al municipio cabecera ―Santiago de Cuba―, donde trabaja.
“Yo recuerdo que hace unos años se podía contar con transporte tanto público como privado, en mayor o en menor medida. Ya llevo 15 años tomando la misma ruta, así que a mí no hay quien me haga cuento. Con el paso de los años, poco a poco se fue deprimiendo esa oferta y hoy día solo unos pocos vehículos continúan transportando. Y se reducen más cada vez que el Estado los ha forzado a topar los precios, o como ahora, que no hay combustible”, comentó la mujer de 53 años.
Este jueves 29 de septiembre, tan solo un día después del anuncio de las medidas, el colapso del transporte se evidenciaba desde las primeras horas de la mañana con paradas llenas en los diferentes puntos de la provincia y las acostumbradas batallas de los transeúntes para subirse a los poquísimos vehículos en funcionamiento.
Dalia Lemes estudia cuarto año de Medicina y también tiene que viajar de La Maya a Santiago todos los días, pero este jueves terminó por regresar a su casa, después de cuatro horas esperando en vano en la parada. “Me perdí un seminario, de hecho, era el cierre de la rotación de Pediatría; ahora supongo que tendré que repetirla o no sé”, lamentó la joven estudiante.
“Quizás para el profesor no tenga justificación y me toque reprobar o repetir, porque debería haberme quedado en la beca (Facultad No. 2 de Ciencias Médicas), pero allí se está pasando un hambre que no se soporta. Desde que comenzamos a principios de septiembre, solo nos dan arroz y sopa; eso no hay quien lo aguante, por eso viajo todos los días. Además, también nos están quitando la corriente en la escuela, y da bastante miedo quedarse a oscuras”, explicó Lemes.
Justo sobre el tema de los apagones, el ministro de Energía y Minas, Vicente de O Levy, dijo en la Mesa Redonda que la afectación estimada es de entre 400 y 450 MW en los primeros días de octubre, debido a la poca disponibilidad de combustible. Esta situación se traducirá en interrupciones eléctricas que podrían alcanzar hasta 700 MW durante el día, aunque este pronóstico está aún en “proceso de ajuste”.
Sin dudas esta noticia pesa sobre quienes llevan meses soportando hasta 8 o 12 horas de apagón, sobre todo desde finales de agosto hasta la fecha. En gran parte de Santiago de Cuba, por ejemplo, en este momento el fluido eléctrico fluctúa en intervalos de cada cuatro o cinco horas, varias veces al día. Mientras, los cortes más prolongados ocurren en zonas rurales y son de hasta 12 horas seguidas. Teniendo en cuenta este antecedente, Daniel Milá, vecino de Songo La Maya, cree que “el futuro próximo será desolador”, al tiempo que se cuestiona: “¿Si ahora la cosa va a estar peor, qué nos depara el futuro a los cubanos?”.
“Ya yo estoy harto, estoy cansado hasta de vivir, que Dios me perdone. Yo soy campesino, como casi todos en mi pueblo, y es el día entero trabajando bajo el sol para después no poder siquiera dormir en la noche, por el calor, los mosquitos… Ya no aguanto más, de verdad que no. Y lo que más me incomoda es que ahora dicen que se pondrá peor, ¿en serio?, nos están matando, esto es un genocidio”, denunció el obrero.
Sin transporte, sin electricidad y sin canasta básica
A la par de los recortes, también vendrán acarreados más problemas con la distribución de la canasta básica normada. “La economía está en una situación compleja, donde hay un déficit de ofertas, hay inflación”, detalló en la citada Mesa Redonda el titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, a lo que añadió que “la agricultura y el transporte se llevan la peor parte”.
Sin embargo, la falta de productos en la canasta básica mensual data de tiempo atrás: ha sido progresiva y extensiva a todo el país. “¿Los dirigentes de este país se piensan que uno puede vivir de arroz y azúcar? Porque es lo único que dan en la bodega”, publicó en Facebook Juan K. González, de Aguada de Pasajeros, Cienfuegos.
En Santiago de Cuba, por su parte, en este mes de septiembre solo hubo arroz, azúcar, aseo y cigarros; y como en meses anteriores el arroz parecía vencido, tenía mal olor y hasta gusanos. De acuerdo con los entrevistados, otros renglones como el aceite, el café y los frijoles tienen más de tres meses de retraso. Así lo admitió recientemente el coordinador de Programas y Objetivos del Comercio y los Servicios del Gobierno provincial, Juan Carlos Rosell Zarrabeitía, aunque negó que algún producto de la canasta familiar normada haya sido eliminado.
“Continúa el atraso en la entrega del café y el aceite, productos aún sin pronósticos. En la ciudad de Santiago de Cuba se deben los granos al igual que en Songo La Maya, Palma Soriano y Segundo Frente; alimento que ya está en el país y se espera su llegada al territorio” señaló.
Asimismo, el titular dejó claro que así como en septiembre, también se prevé que para octubre solo se distribuyan tres libras de azúcar por persona. Tampoco existe planificación de pollo ni de carne en conserva como parte de la canasta básica.