AREQUIPA, Perú – El Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés) de Estados Unidos publicó este viernes nuevas evidencias y detalles sobre las acciones de espionaje chino realizadas desde Cuba en complicidad con el régimen castrista.
Una investigación del CSIS revela cuatro sitios dentro de Cuba que probablemente están apoyando los esfuerzos de China para recopilar inteligencia sobre Estados Unidos y sus vecinos.
“Imágenes satelitales y análisis de fuentes abiertas ofrecen una visión sin precedentes de estas instalaciones y proporcionan pistas sobre cómo podrían usarse para espiar comunicaciones sensibles y actividades en la región”, señala la organización.
Entre casi una docena de sitios de interés en Cuba analizados por el CSIS, las cuatro bases identificadas son las que tienen más probabilidades de estar respaldando los esfuerzos de inteligencia china. Estas instalaciones están ubicadas en Bejucal, provincia de Mayabeque; El Salao, en Santiago de Cuba; el Wajay, en La Habana; y Calabazar, también en la capital de la Isla.
Las bases resaltan por contar con equipos capaces de recopilar inteligencia de señales (SIGINT por sus siglas en inglés), su infraestructura de seguridad física clara (puestos de guardia, cercas perimetrales, insignias militares, etc.) y otras características que sugerían actividades de recopilación de inteligencia.
Algunas de estas instalaciones tienen décadas de antigüedad, pero parecen haber sido modernizadas en años recientes; otras han surgido únicamente en los últimos años, apunta el estudio.
En la base de Bejucal, presumiblemente la más importante de todas y que cobrara relevancia durante la crisis de los misiles en 1962, imágenes satelitales de marzo de 2024 indican que la instalación está activa y lo ha estado durante algún tiempo.
Al respecto, el CSIS expone que al sur de la base se encuentran al menos cinco entradas a instalaciones subterráneas, construidas entre 2010 y 2019.
“Fuentes no confirmadas de desertores cubanos sugieren que podrían ser la sede de la brigada radioelectrónica de la inteligencia militar cubana”, subraya el reporte.
La investigación también muestra que una variedad de antenas se encuentra dispersa en los terrenos de la instalación, y varias de ellas han sido reubicadas tan recientemente como en enero de 2024. Entre estas se incluyen antenas parabólicas, utilizadas principalmente para interceptar comunicaciones satelitales.
“La ubicación y las características de estos instrumentos podrían permitir a la base rastrear satélites e interceptar sus comunicaciones de enlace descendente. Además, podrían potencialmente recopilar datos sobre los lanzamientos de cohetes estadounidenses desde el Centro Espacial Kennedy y la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida. Esta información proporcionaría un acceso privilegiado a datos sobre las trayectorias de vuelo y la telemetría de dos de los principales sitios donde se lanzan satélites estadounidenses al espacio”, resalta el CSIS.
Con relación a la base de El Salao, nombrada así por su proximidad al vecindario santiaguero del mismo nombre, la organización da cuenta de un nuevo sitio de SIGINT que no había sido reportado anteriormente.
En la zona se ha estado construyendo una gran antena de matriz direccional controlada (CDAA por sus siglas en inglés) desde 2021, con un diámetro proyectado de entre 130 y 200 metros, con el potencial de detectar señales a una distancia de entre 3.000 y 8.000 millas náuticas una vez que esté operativa.
Instalaciones como estas fueron un pilar de la SIGINT durante la Guerra Fría, cuando EE.UU. y Rusia operaban amplias redes de CDAA en el extranjero. Antenas como esta se utilizan principalmente para la radiogoniometría de alta frecuencia (HFDF por sus siglas en ingles), que consiste en localizar el origen de señales de radio entrantes.
“Originalmente desarrolladas para ayudar a los servicios militares y de inteligencia a rastrear la ubicación y los movimientos de sus objetivos, las CDAA ahora también se emplean en una variedad de aplicaciones civiles, incluyendo la aplicación de la ley, búsqueda y rescate, y la investigación atmosférica”, precisa la investigación.
Por su parte, la base de Wajay ha crecido gradualmente durante los últimos 20 años, pasando de tener solo una antena y varios edificios pequeños en 2002 a convertirse en un complejo robusto en la actualidad.
Hoy en día, alberga 12 antenas de diversos tamaños y orientaciones, instalaciones significativas de operaciones y soporte, e incluso una pequeña granja solar, que podría servir durante las fallas del depauperado sistema energético cubano.
“Aunque menos destacado que Bejucal o El Salao, Wajay ha aparecido en algunos documentos que afirman que China desempeñó un papel en su construcción o modernización (…) No se observan antenas parabólicas en esta ubicación, lo que sugiere que el propósito de Wajay es principalmente la interceptación y transmisión de señales terrestres”, apunta el CSIS.
En referencia a la base de Calabazar, en el municipio Boyeros, el CSIS da cuenta de mejoras realizadas en fechas recientes. Sobresale en este complejo la nueva granja solar, considerablemente más grande que la de Wajay y cuya instalación comenzó en 2012.
Los datos reconocen que Calabazar cuenta con antenas parabólicas, verticales y horizontales, probablemente recolectando inteligencia variada. Al igual que en Bejucal, las antenas parabólicas parecen estar orientadas principalmente hacia el sur, posiblemente dirigidas a captar transmisiones de satélites en órbita geoestacionaria sobre el ecuador.
Sin embargo, los cambios en el número y la orientación de las antenas indican que Calabazar está diversificando los tipos de inteligencia que recopila.
“A diferencia de los tres sitios anteriores, Calabazar no ha sido identificado en registros públicos como vinculado a China. No obstante, informes obtenidos por el CSIS de desertores cubanos sitúan esta base dentro de los esfuerzos más amplios de recopilación de inteligencia de la isla”, aclara el reporte.
Si bien las capacidades de enlace descendente para acceder a datos satelitales pueden utilizarse para una variedad de aplicaciones, los tipos de equipos de seguimiento espacial observados probablemente están destinados a monitorear las actividades de naciones como Estados Unidos, que tienen presencia en órbita, sospecha el CSIS.
“Incluso el acceso limitado a este equipo proporcionaría a China una capacidad mucho mayor para monitorear y comunicarse con sus propios activos espaciales que pasan por el otro lado del globo”, agrega l organización con sede en Washington.
A la luz de la investigación realizada por el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar recurrió a X (antes Twitter) para alertar sobre la amenaza que representa el espionaje chino para la Casa Blanca y los estadounidenses.
“Esta alianza comunista es una amenaza grave para nuestra seguridad nacional. Debemos dejar de hacer la vista gorda ante las peligrosas ambiciones de los chinos”, exhortó.