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¿Qué será de los actuales pioneros cubanos que juran “ser como el Che”?

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¿Qué será de los actuales pioneros cubanos que juran “ser como el Che”?
¿Qué será de los actuales pioneros cubanos que juran “ser como el Che”?

LA HABANA, Cuba. – En días pasados alrededor de 11.000 niños cubanos que cursan el primer grado de la enseñanza primaria recibieron la pañoleta que los acredita como miembros de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM). Los padres fueron los encargados de colocar el atributo pioneril en el cuello de cada niño, mientras que una pionerita leyó el juramento que expresa el compromiso de todos sus compañeritos de “ser como el Che Guevara”. 

En verdad se trata de una especie de circo romano que año tras año presenciamos por esta época. Resulta totalmente absurdo obligar a niños de seis años a jurar acerca de la manera en que se comportarán en lo adelante. En el fondo, casi nadie ―tal vez con la excepción de alguna mente enfermiza― cree en la veracidad de dicho juramento. 

Todos los jóvenes que hoy se marchan de Cuba, desencantados con el régimen comunista que prevalece en la Isla, así como los que salieron a las calles el 11 y 12 de julio de 2021 a protestar contra la crisis que atenaza al país, juraron en su momento ser como el malogrado guerrillero argentino-cubano. Entonces, no es difícil imaginar que dentro de 10, 15 o 20 años los juramentados de hoy serán los inconformes de ese momento. 

Cabría preguntarnos: ¿qué motiva a los gobernantes cubanos a continuar celebrando una ceremonia de juramento que hasta el presente no les ha reportado los resultados esperados? 

Ellos siempre tienen algo nuevo con que matizar el adoctrinamiento de los estudiantes, y acometen cada curso escolar con la esperanza de haber encontrado la fórmula para atraer a los educandos al bando gubernamental. En ese contexto podría inscribirse la sustitución de la titular de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella por Naima Trujillo. Esta última con la encomienda de reforzar el trabajo político-ideológico con los estudiantes.  

Ahora la perorata se centra en la descolonización cultural, que tiene como cabeza visible al presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto. Se insta a un alejamiento de cualquier influencia occidental, sobre todo insistiendo en que la democracia de ellos no tiene por qué ser la “democracia” que el castrismo mantiene en Cuba. 

Al propio tiempo, todo se complementa con una visión edulcorada de la vida del Che Guevara, que inunda los medios de difusión masiva de la Isla, de forma tal que el mítico guerrillero oficie como ejemplo del hombre nuevo que se necesita para construir la sociedad comunista. Nada se dice, por supuesto, del accionar del Che Guevara durante los primeros meses de gobierno revolucionario, cuando dirigió las ejecuciones sumarias de opositores políticos en la fortaleza de La Cabaña. 

Este bregar de las autoridades castristas sobre la conciencia de las nuevas generaciones, a la larga deja sus nefastas huellas sobre el comportamiento de muchos jóvenes. Porque, en caso de no emigrar o combatir de frente al castrismo, al empezar a extraer sus propias conclusiones, o pensar con cabeza propia, el joven se percata de que tiene que dejar de ser él y esconder su verdadera personalidad para tener cabida en el “paraíso” socialista. Aparece así la doble moral, ese rasgo que tanto daño le ha hecho a la sociedad cubana.    

Sin dudas, la eliminación del monopolio gubernamental sobre la educación resulta vital para acabar con este show que periódicamente realiza el castrismo, y en consecuencia constituye una de las aspiraciones a tener en cuenta en la Cuba que deseamos construir. 

No pensamos en la desaparición total de la escuela pública, sino en la posibilidad de que coexista con la escuela privada, y también con la religiosa, de gran tradición en nuestro país. Los padres cubanos deseamos que a nuestros hijos no se les inste a ser como el Che.  

ARTÍCULO DE OPINIÓN Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

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