SAN LUIS POTOSÍ, México.- Transmitida durante 1992 y dirigida por Eduardo Macías, la telenovela Pasión y prejuicio llegó para instaurarse en el recuerdo de los cubanos, que probablemente aún hoy rememoren la frase “Niña, saluda a tu novio”.
La telenovela, devenida un fenómeno televisivo, en medio de historias de amor y desamor entre Beatriz Lahera (Dianelis Brito) y Marcos Urquiza (Rini Cruz), mostraba la Cuba republicana, con reminiscencias a las guerras de independencia contra España.
Logró un gran nivel de calidad en términos de escenografía, vestuario y puesta en escena. La canción tema, escrita por Noel Nicola e interpretada por Miriam Ramos, se convirtió en un clásico de los dramas televisivos en Cuba.
Entre conflictos sociales, contrastes entre la vida rural y citadina, escenas de huelgas, intrigas y prejuicios sociales, logró captar la atención de los cubanos que se mantenían en vilo por el desenlace de la trama.
La historia se desarrolla a partir de 1915. Mientras en La Habana se llega al cambio de siglo con ansias de desarrollo, en un pueblo del interior del país aún quedan vestigios de la guerra de independencia contra España.
Durante 130 capítulos la familia cubana, en pleno Período Especial, vio desfilar a actores de la talla de Dianelis Brito y Rini Cruz, pero también de Nancy González, César Évora, Verónica Lynn, Raúl Eguren, Armando Tomey, Corina Mestre, Eslinda Núñez, Isabel Santos y Anabel Leal.
El personaje de esta última (Angélica) es especialmente recordado: La joven queda en shock tras ser violada por su tío Ramón, interpretado por Héctor Echemendía.
La frase: “Niña, saluda a tu novio”, que su madre Doña Matilde (Corina Mestre) le decía cada vez que llegaba a visitarla Antonio (Armando Tomey), también quedó grabada entre los cubanos.
