Home Cuba 'La noche no será eterna': un documental sobre Rosa María Payá

'La noche no será eterna': un documental sobre Rosa María Payá

0
'La noche no será eterna': un documental sobre Rosa María Payá
'La noche no será eterna': un documental sobre Rosa María Payá

MIAMI, Estados Unidos. – Max lanzó en noviembre un nuevo documental de la videógrafa china Nanfu Wang, inmigrante que vive en Estados Unidos, sobre los paralelos entre su vida en la China comunista y la de Rosa María Payá en Cuba. El documental toma el título La noche no será eterna del libro del ya fallecido opositor y padre de Rosa María, Oswaldo Payá Sardiñas.

“Esta es una historia sobre Cuba”, comienza la narración de Wang, “para averiguar cómo pueden los pueblos como China y Cuba, que viven bajo regímenes autoritarios, luchar por un cambio”.

De una manera muy personal, Wang se acerca al quehacer opositor de Rosa María luego de haberla conocido en un festival de cine. Poco después, las dos mujeres se encuentran en La Habana. Desde el primer momento está presente y bien documentado el miedo a ser vigilada o seguida por la Seguridad del Estado cubana, ya que el proceso en sí de filmación despierta automáticamente las sospechas de las autoridades. 

Wang documenta cómo ese mismo año ella comenzó su carrera de documentalista en China, grabando las protestas que exigían un cambio en Beijing. Wang no se presenta ante el público como una víctima del comunismo sino como víctima del autoritarismo del liderazgo chino. Eso es lo contrario a lo que Wang escuchará de la propia Rosa María. La cubana se presenta en todo momento como una víctima del comunismo castrista.

Rosa habla sobre la lucha de su padre, sobre la vida familiar con su madre Ofelia Acevedo y sus dos hermanos, y sobre el Movimiento Cristiano Liberación y su Proyecto Varela, y las más de 35.000 firmas que lo avalaron en su momento. En la grabación están presente otros opositores: la artista Lia Villares, el grafitero Danilo Maldonado y la activista Saylí Navarro, hoy presa política al igual que su padre, Félix Navarro.

“Una democracia con todos y para el bien de todos” se oye a Oswaldo decir mientras levanta su mano con la señal de la “L”. “Esa es la liberación, ese es el cambio”. A continuación, Rosa narra los eventos del asesinato de su padre por parte de las autoridades cubanas. El objetivo del régimen cubano, según Rosa, no era solamente matar a Oswaldo Payá: era matar su legado, el Proyecto Varela.

Ofelia Acevedo explica que Oswaldo le pidió que abandonara Cuba con sus hijos si a él le pasaba algo. “Vendrán por ustedes”, le había dicho. Es por eso que la familia emigra a Estados Unidos. “Yo no quiero ser una inmigrante”, explica Rosa. “Me hago la idea de que estoy solo de visita”. El video recoge su preocupación con la continuidad del Proyecto Varela, y su principal objetivo: celebrar un plebiscito en Cuba.

Aunque quiere continuar esa lucha dentro de la Isla, la realidad sociopolítica la obliga a permanecer en Miami, donde funda Cuba Decide gracias al patrocinio de fuentes privadas (amistades) cuya identidad Rosa no revela en la grabación. Explica que con ese patrocinio pudo dejar de enseñar Física en una escuela secundaria y dedicarse de lleno a la lucha política contra la dictadura cubana.

Wang le sigue los pasos a Rosa María a lo largo de este documental, grabando sus diversas participaciones en actividades del exilio y de organizaciones internacionales, como el II Encuentro Nacional Cubano, celebrado en Puerto Rico. Además, va tras ella cuando dicta conferencias sobre democracia y sobre la necesidad de que Cuba sea libre. Wang documenta cómo Rosa pasa de ser prácticamente una desconocida a ser una líder respetada que la gente reconoce en la calle y le expresa simpatía.

Hacia la mitad de la filmación, Wang comienza a expresar su propia preocupación con el autoritarismo en Estados Unidos y a compararlo con las autocracias de otros países, especialmente China. Ella manifestará una ecuación de la que Rosa María se hará eco en el documental: las élites comunistas son capitalistas, son empresas criminales y autócratas, tanto en Cuba como en China, y representan el mal.

“Lo contrario al comunismo es la democracia”, afirma Rosa. “Yo quiero una democracia para Cuba”.

Varias cosas sobran en este documental: para empezar, las peleas y el desorden en las sesiones del Encuentro Nacional Cubano en Puerto Rico y las escenas de Rosa María bailando como una joven adolescente en una recepción. Sobran las referencias a Donald Trump y a Ron Desantis, y el planteamiento de que la democracia no es un sistema ideal, sino más bien un mal menor. Sobra también la pregunta que se hace la videógrafa sobre cómo puede ser posible que aquellos que han huido del comunismo, o sea, los cubanos exiliados, puedan respaldar a autócratas como Trump, cuya imagen ella incluye hablando del “genial” concepto de “presidencia vitalicia” de Xi Jinping. Esas referencias a la política estadounidense nada tienen que ver con Rosa María Payá o Cuba Decide.

Rosa María explica que el protocolo de Cuba Decide es conducirse de manera no partidista. “Yo desconozco los sentimientos que tienen los líderes en su corazón, pero tocaré todas las puertas necesarias”. La videógrafa afirma que Rosa está “navegando en una sociedad polarizada” y que está tratando de no enajenar a nadie. ¿Insinúa Wang que Rosa quiere quedar bien con Dios y con el diablo? ¿Con demócratas y republicanos?

Hacia el final del documental se abordan detalladamente las protestas pacíficas del 11J, y la violencia convocada por Miguel Díaz-Canel contra los manifestantes. Se retoma el tema con que comenzó el documental sobre perder el miedo. “Cuando la gente pierde el miedo, el régimen se queda sin poder”. Ante la Policía traída a las protestas con palos en la mano y la sangre en el pavimento, eso suena demasiado optimista. Rosa afirma con exagerado entusiasmo: “Estamos en la etapa final”.

En el documental surge varias veces el tema del embargo. Se incluye un fragmento de la entrevista que le hiciera Jorge Ramos a Oswaldo Payá en 2003, en la cual el líder opositor se expresa en contra del embargo porque “no va a derrocar al régimen ni representa una solución”. Alguien plantea: “¿No sería mejor para el pueblo de Cuba si se levantara el embargo?”. Rosa da una respuesta firme: el pueblo en las calles pide libertad, pide el fin de la dictadura, no el fin del embargo. Wang le pregunta si está desalentada. Tras un largo silencio, la coordinadora de Cuba Decide responde: “Estoy frustrada, pero no desalentada. Tengo esperanzas. El pueblo grita ‘¡Libertad! ¡No tenemos miedo!’. Si nos desalentamos, el régimen gana”.

La noche no será eterna cierra con estas palabras de Nanfu Wang: “Tenemos que seguir desafiantes”. 

Exit mobile version