MADRID, España.- Entre los numerosos faros que se distribuyen por toda Cuba, sobresale el de Paredón Grande, situado en Cayo Paredón Grande, perteneciente al archipiélago Jardines del Rey al norte de la provincia de Ciego de Ávila.
Aunque su nombre oficial es Diego Velázquez, nombrado así en homenaje al conquistador español y primer Gobernador de Cuba en el siglo XVI, se conoce como Paredón Grande, por su ubicación. Este cayo, a su vez, fue bautizado así por los altos farallones que lo bordean.
Cardinal obra de la ingeniería cubana, con más de 40 metros de altura, el faro de Paredón Grande fue construido a mediados del siglo XIX, centuria en la que empezaron a edificarse en la Isla esos imprescindibles centinelas lumínicos, que ya existían en el orbe desde épocas remotas y de los cuales uno de los más famosos fuera el de Alejandría, en Egipto, maravilla del Mundo Antiguo.
La obra de hierro fundido se alza junto a la antigua vivienda de los torreros y se encendió por primera vez el 1.º de noviembre de 1859.
Diseñado por el célebre ingeniero cubano Francisco de Albear y Lara (1816-1887), reconocido universalmente por diseñar una de las maravillas de la ingeniería civil cubana, el acueducto que lleva su nombre en La Habana, el faro de Cayo Paredón Grande se considera un antecedente de la arquitectura moderna en el territorio avileño y ha sobrevivido a fuertes inclemencias del tiempo.
Los faros son obras arquitectónicas surgidas por necesidad, levantadas en costas o puertos; suelen semejar torres y disponen de un sistema de iluminación y rotación que permite la orientación desde altamar, sobre todo en la noche, pues con su luz orientan a los navíos.
Por constituir Cuba un archipiélago, atesora no pocos, tanto al norte como al sur, y de este a oeste, valorados como parte de su patrimonio.
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