SAN LUIS POTOSÍ, México.- Expertos en economía opinaron que en Cuba se necesita un proceso de reindustrialización para poder dinamizar el desarrollo industrial de la Isla.
En el espacio oficialista Cuadrando la caja, ingenieros y economistas del régimen reconocieron que si bien intentan “sustituir importaciones” en la industria, necesitan mayor inversión en áreas claves para lograr un proceso de reindustrialización que dinamice el sistema económico cubano.
Adriano García, investigador titular del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, expresó que para modernizar y fortalecer el sistema industrial, debe pensarse primero en un cambio industrial, “una orientación en el futuro a un proceso de reindustrialización”.
“Hay una revolución tecnológica vertiginosa en el mundo y, como hicimos en los 90, debemos pensar cómo reinsertarnos sabiendo que no somos un país de grandes recursos energéticos ni naturales”, argumentó el economista.
Según acotó, se trata de un reto “muy grande” y en ello juega un papel fundamental la inversión extranjera, que debe afianzarse en actividades que permitan orientar la industria a la manufactura avanzada, “a eso que llaman 4.0, los aspectos de los sistemas inteligentes, la robótica, la impresión 3D, la internet de las cosas”.
Las “alianzas estratégicas” contribuirían a reorientar la industria en este sentido.
“Hay un avance muy incipiente, pero necesita ser complementado con esfuerzos de cooperación. Tenemos que aprovechar la reorientación de centros de poderes geopolíticos en el mundo y hacer alianzas estratégicas”, dijo.
En ese sentido, destacó que aún con los “esfuerzos hechos”, las industrias de alta tecnología tienen un peso “bastante bajo” en la estructura industrial cubana.
“Empresas de alta tecnología se están creando. Grandes, pequeñas y medianas empresas de base tecnológica, fondos de inversión de capital de riesgo de inversión extranjera. Entonces, tenemos que articularnos”.
Ese desarrollo de la alta tecnología completaría una fase de modernización que tiene bases de embalajes, máquinas de herramientas, reciclaje, añadió.
Según García, esa base, vinculada a las áreas de la movilidad eléctrica, las fuentes renovables de energía, las industrias culturales y creativas y la “manufactura de salud”, podría orientarse a los “sectores del futuro”.
En fechas pasadas, se inauguró la IV Convención Internacional Cubaindustria para buscar una “mayor integración e inserción internacional, en función del desarrollo de la industria”.
El viceministro de Industrias, Ernesto Cedeño,Cedeño, expresó que la exposición es una oportunidad para identificar y concretar proyectos de negocios que sean “sustentables productiva y financieramente”. Según él, estos negocios permitirán un mejor aprovechamiento de las capacidades instaladas disponibles, con el objetivo de incrementar la producción nacional y satisfacer las necesidades de los sectores estratégicos, además de fomentar la producción y las exportaciones.
La presencia internacional en el recinto expositivo, sin embargo, fue escasa, al margen de compañías de países aliados al régimen como Venezuela y China.
Esto evidenció una falta de interés internacional significativo y la poca confianza en la economía cubana. La retórica de la integración y el desarrollo suena hueca en un país donde la infraestructura industrial está obsoleta y las restricciones económicas asfixian la iniciativa privada.
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