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El régimen continúa militarizando a los estudiantes universitarios

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El régimen continúa militarizando a los estudiantes universitarios
El régimen continúa militarizando a los estudiantes universitarios

El Bastión Universitario, celebrado el pasado 21 de enero, se inscribe en la estrategia del castrismo de militarizar a la juventud.

LA HABANA, Cuba. – Con vistas a dar continuidad al espíritu de aquella frase tremenda de los años 60 y 70 ―“La Universidad es para los revolucionarios”―, que dejó fuera de las aulas a cientos de estudiantes que no clasificaban dentro de los parámetros aceptados por el castrismo, los jerarcas del régimen decidieron que lo mejor era ir militarizando el ambiente universitario. 

Así, en muchas de las carreras universitarias se creó la Cátedra Militar, por medio de la cual los estudiantes varones tenían que dedicar un día a la semana para prepararse en determinada especialidad militar. Y después, al finalizar la carrera, debían prestar servicio por espacio de seis meses en una unidad militar, con los grados de teniente. Pasado ese período eran desmovilizados, pero serían controlados como reservistas, lo que implicaba que podían ser llamados al servicio activo en cualquier momento. Algo que ocurrió con determinada frecuencia, sobre todo en los tiempos de la presencia militar de Cuba en África, cuando muchas veces no se cubría la plantilla de las unidades militares.

Después, en el contexto de la denominada “Guerra de todo el pueblo”, la maquinaria del poder optó por pasar a los estudiantes universitarios, hombres y mujeres, a las Milicias de Tropas Territoriales (MTT), que incluía jornadas mensuales de preparación militar. De más está decir que la no pertenencia a las MTT implicaba la separación del estudiante de las aulas universitarias. 

Otra de las modalidades que se ha venido aplicando es la de hacer que el estudiante, una vez graduado de la enseñanza preuniversitaria, y con la carrera universitaria otorgada, deba pasar 14 meses de Servicio Militar Activo (SMA), para luego poder acceder a la universidad. 

Incluso algunas carreras universitarias muy demandadas, como la de Relaciones Internacionales, donde se forman lo diplomáticos del castrismo, exigen que los estudiantes de ambos géneros pasen un año como integrantes de la Brigada de la Frontera, muy cerca de la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo, como paso previo para estudiar esa especialidad. 

También, como parte de estimular la incorporación de las muchachas al servicio militar femenino, el régimen ofrece la posibilidad de ingreso a las universidades, en las carreras de su preferencia, a las jóvenes que acepten pertenecer a las Fuerzas Armadas por determinado período de tiempo. 

Si tenemos en cuenta el servicio que, de una u otra manera, el estudiante universitario debe prestar en las Fuerzas Armadas, y al hecho de que durante su tránsito por el Alma Máter esté obligado a ocultar su verdadera manera de pensar ―la muy mencionada doble moral― con tal de ser aceptado en una universidad tan exclusivista desde el punto de vista ideológico, llegamos a la conclusión de que la tan cacareada gratuidad de la enseñanza superior en Cuba es una falacia. En realidad, es mucho el precio que hay que pagar por ser estudiante universitario en esta Isla.   

Así las cosas, el pasado martes se llevó a cabo el Bastión Universitario en todos los centros de enseñanza superior del país. Ocasión en que los estudiantes recibieron preparación militar, además de una arenga ideológica en favor del régimen. 

Llama la atención que este Bastión Universitario tuvo lugar un día después de las honras fúnebres de los fallecidos en la explosión de un almacén militar en la provincia de Holguín. Nueve soldados que pasaban el SMA se hallan entre los declarados como fallecidos, lo que ha desatado una ola de opiniones contrarias al enrolamiento obligatorio de jóvenes en las Fuerzas Armadas.

Pero el castrismo hace caso omiso de esas peticiones. Lo más importante para el poder es seguir militarizando a la juventud, y sobre todo a los estudiantes universitarios. 

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