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El Quijote: Más de 40 años apuntando a los molinos de viento en La Habana

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El Quijote: Más de 40 años apuntando a los molinos de viento en La Habana
El Quijote: Más de 40 años apuntando a los molinos de viento en La Habana

MIAMI, Estados Unidos. – El Vedado habanero alberga una de las obras más emblemáticas del escultor Sergio Martínez Sopeña: El Quijote de América. Esta imponente escultura, situada en un pequeño parque del municipio Plaza de la Revolución, es la más singular de todas las creaciones de su autor y representa magistralmente a don Quijote de la Mancha sobre su caballo Rocinante.

La obra, erigida entre 1979 y 1980, tiene una altura de 4,3 metros y unas dimensiones de 3,5 por 2 metros, con un peso de 2 toneladas. Ubicada en el parque 23 y J, conocido popularmente como el Parque del Quijote, la escultura ha cobrado un significado especial para los habitantes de La Habana.

La historia de esta obra se entrelaza con la masiva edición popular de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, publicada en 1961 por la Imprenta Revolucionaria en Cuba. Desde entonces, la imagen de don Quijote ha resonado en la cotidianidad cubana, integrándose de manera insólita en el alma popular de la Isla.

El Quijote de Martínez Sopeña, creado con varillas de alambrón soldado, muestra al personaje blandiendo su espada, ataviado solo con una vasija de barbero como casco. Tanto él como su Rocinante, destacan por su desnudez, con músculos, venas y huesos visibles que simbolizan la lucha por la justicia en el mundo.

El corcel, en actitud encabritada y desafiante, se sostiene únicamente sobre sus patas traseras, un despliegue artístico que añade dramatismo a la obra. En la base de la escultura, una frase refleja la profunda conexión cultural con España y la lucha constante contra los “molinos de viento”.

Desde el año 2000, El Quijote de América ha sido objeto de varios trabajos de restauración. Estas labores han incluido la soldadura de orificios causados por la intemperie, fumigación interna de la estructura, limpieza y aplicación de una pintura protectora. En 2017, se llevó a cabo una importante rehabilitación bajo el auspicio de la Oficina del Historiador de La Habana y la Asociación de Artesanos y Artistas de Cuba, durante la cual fueron reparados los cascos de Rocinante.

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