Lejos de crecer el 3% previsto para el cierre de 2023, el producto interno bruto (PIB) de Cuba caerá entre un 1% y un 2%, anunció este lunes el viceministro primero Alejandro Gil, titular de Economía, ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento. La inflación, por su parte, roza el 30%, y tiene a su primera víctima en la “capacidad de compra” del salario de los cubanos.
El alto cargo enumeró durante su balance un rosario de calamidades administrativas, pero aclaró que la debacle no puede atribuirse a la gestión que ha hecho el Gobierno cubano de la crisis, sino al consabido “recrudecimiento del bloqueo” de EE UU.
Al desmoronamiento del PIB del país se suma la caída de las exportaciones a 9.070 millones de dólares, 770 millones menos que lo planificado. En este rubro, sólo el tabaco y la pesca alcanzaron resultados aceptables.
El ministro describió los factores que influyen, según su valoración, en el disparo de la inflación: el incremento de los precios en el mercado internacional, la disminución de la oferta, la falta de presupuesto y fuerza laboral, el “descontrol” del sector no estatal, que ignora –lamentó– el control de precios impuesto por el Estado, y los “incumplimientos” de las orientaciones gubernamentales por parte de las empresas estatales. La mala gestión de su ministerio, así como el fracaso de la Tarea Ordenamiento, no estuvieron entre los factores considerados.
Al desmoronamiento del PIB del país se suma la caída de las exportaciones a 9.070 millones de dólares, 770 millones menos que lo planificado
La peor situación, sin embargo, la enfrenta la producción interna de la Isla. La falta de insumos y combustible han limitado la capacidad productiva de las empresas estatales, “que son las que aportan la mayor riqueza y son decisivas para el crecimiento y desarrollo del país”, aclaró.
La producción de alimentos –especialmente de viandas, maíz, leche, carne de cerdo y huevos– disminuyó considerablemente respecto a 2022. Aunque durante su intervención insistió en que se ha intentado garantizar la canasta básica, el ministro reconoció que “no resultó posible abarcar todas las necesidades”.
La debacle del sector estatal también ha provocado la migración de trabajadores hacia el mercado laboral privado, un fenómeno que ha golpeado duramente áreas como la salud y la educación. Gil evitó aludir a otro tipo de éxodo, más grave: el de los cubanos que abandonan definitivamente la Isla. No obstante, sí señaló que la caída de las remesas desde el exterior está lastrando los ingresos de divisas del Gobierno.
Para aliviar la sarta de números rojos, el ministro señaló al único sector por el que puede felicitarse, aunque su cartera no intervenga directamente en su administración: el turismo. Según explicó, respecto al año anterior, el rubro se ha recuperado en un 50% con la llegada de 2.450.000 viajeros. Sin embargo, el número representa apenas el 64% de lo alcanzado en 2019, antes de la pandemia de coronavirus. Gil también celebró la ayuda prestada por el Gobierno a unas 66.626 familias vulnerables.
En cuanto a 2024, las expectativas del Gobierno son escasas y Gil evitó arriesgarse con más predicciones fallidas. Pese a los resultados de 2023, se prevé, dijo, un crecimiento del 2% del PIB basado en la reanimación del turismo y el impacto del sector privado, que influirá entre un 16% y un 18% en el crecimiento económico, especialmente en los sectores del transporte, la construcción y el comercio minorista.
En cuanto a 2024, las expectativas del Gobierno son escasas y Gil evitó arriesgarse con más predicciones fallidas
En resumen: el Estado planea poner el peso de la economía en los hombros de los particulares. Mientras, el Gobierno se centrará en “incrementar y diversificar los ingresos externos del país”, añadió.
Tras el desastre administrativo no podía faltar la exaltación ideológica, de la cual se hizo cargo el presidente Miguel Díaz-Canel. “Avanzar” fue, esta vez, la palabra de orden, aunque el mandatario tampoco especificó cómo o qué condiciones reales tiene el país de lograr su estrategia.
“Contamos con la armonía familiar y la solidaridad social, pero, a la vez, es necesario eliminar manifestaciones de egoísmo en beneficio de una justicia social más equitativa”, dijo, atacando una vez más a los privados.
Díaz-Canel repasó otros conceptos trillados de su vocabulario: economía circular, bloqueo económico, reordenamiento financiero, resistencia. Sin embargo, los planes específicos para paliar el hambre y la crisis estructural de la Isla deberán esperar a otra ocasión.
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