Al margen del hurto, que ha afectado a 89 cabezas de reses Santa Gertrudis –la raza superior de vacas que se cría en la Empresa Pecuaria de Turiguanó–, la baja de la tasa de nacimiento de terneros es el principal motivo de la disminución drástica del número de vacas en esa finca de Ciego de Ávila, que se ha derrumbado de 12.000 en los años 90 a menos de 5.000 actualmente.
La cantidad de reses muertas por hurto registrada por la empresa estatal, ubicada en el municipio de Morón, asciende a 89 en lo que va de año, mientras que el número de delitos cometidos fue de 64. Ello representa un índice de 1,3 animales sacrificados por robo, según el diario oficialista de la provincia, Invasor.
Por su parte, en todo el territorio de Ciego de Ávila fueron sacrificadas ilegalmente en 2021 unas 1.689 reses, más del doble de lo registrado el año anterior, cuando la pérdida fue de 824 animales.
El verdadero problema, no obstante, radica en los nacimientos de nuevas crías, en picada desde al menos 2018
El verdadero problema, no obstante, radica en los nacimientos de nuevas crías, en picada desde al menos 2018. Hace veinte años, el 85% de las reses tenía descendencia, pero en 2021 sólo lo hicieron el 57%, y este 2022, apenas el 43%, según la prensa oficial.
Con estas previsiones, la esperanza de los criadores de las Santa Gertrudis ven casi imposible la meta impuesta por el Gobierno de aumentar el ganado con vistas a 2030, para lo que necesitarían un crecimiento en 8.000 animales en los próximos cinco años.
Uno de los factores principales del desplome ha sido la escasez de nitrógeno, indispensable para conservar el semen con que se fecunda a las vacas, y cuya compra, durante la pandemia de covid-19, se vio limitada. El medio explicó entonces que se traería a un semental de Santiago de Cuba para montar a las vacas de Turiguanó. Pero ni siquiera eso pudo evitar la reducción del índice de nacimientos.
Los años siguientes tampoco han sido prometedores. En el primer semestre de 2022, el plan de nacimiento de terneros en la provincia ya reportaba 2.527 crías menos que las estimadas.
Entre las preocupaciones mayores de los directivos de la empresa de Turiguanó está el incumplimiento de las decenas de contratos que tienen con hoteles de la cayería de Jardines del Rey, al norte de la provincia, y a la que han proveído históricamente con más de 100 tipos de cortes de carne de res y miles de litros de leche.
La empresa pecuaria no solo ha fallado en la cría de las reses, sino que “una serie de encargos” que corren bajo su responsabilidad también han sido incumplidos. Permanecen incompletas la siembra de yuca y de las cuatro hectáreas de tithonia (planta proteica) –destinadas a dar de comer a los animales–, así como el retraso en la incorporación de una veintena de vacas de otras razas para aumentar la producción de leche, y, por último, la producción de dos toneladas de carne destinadas a la canasta básica de este fin de año.
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