MIAMI, Estados Unidos. — El 9 de septiembre de 1976 falleció en Pekín el dictador chino Mao Zedong, político y militar que llevó a lanzó a la nación asiática hacia el comunismo.
Mao nació en la provincia china de Hunan el 26 de diciembre de 1893 en una familia de campesinos. Recibió una educación tradicional china, pero luego se volvió políticamente activo y se unió a varios movimientos revolucionarios.
Fue miembro fundador del Partido Comunista Chino (PCC), que se estableció en 1921. Rápidamente ascendió de rango debido a sus habilidades de liderazgo y su compromiso con la ideología comunista.
Mao Zedong se desempeñó como Presidente del Partido Comunista Chino desde 1943 hasta su muerte en 1976. Se convirtió en presidente de la República Popular China, cargo que ocupó hasta 1959, cuando fue sucedido por Liu Shaoqi. Sin embargo, Mao siguió ejerciendo una influencia significativa sobre la política china durante toda su vida.
En 1958 Mao Zedong implementó en China la campaña del Gran Salto Adelante, una ambiciosa iniciativa económica y social que buscaba transformar rápidamente a China en una utopía comunista. Sin embargo, esta política provocó una hambruna generalizada y un desastre económico que provocó la muerte de millones de personas.
En 1966, Mao inició la Revolución Cultural, un movimiento político violento y tumultuoso destinado a purgar a los enemigos percibidos del régimen comunista y promover su ideología. Este período resultó en una importante agitación social, persecución y sufrimiento.
Algunos ven a Mao Zedong como el padre fundador de la China moderna, mientras que otros critican su autoritarismo y el costo humano de sus políticas.
Su legado aún es tema de debate constante, y su influencia en el desarrollo político, económico y social de China todavía se siente hoy. La postura oficial del régimen chino sobre el legado de Mao ha evolucionado a lo largo de los años, reflejando el papel complejo y matizado que desempeñó en la historia de la nación.
