La salida inesperada de Leinier Domínguez en el torneo Sunway Sitges (Barcelona), el pasado diciembre, no fue óbice para que el cubano empezara el año como el octavo mejor ajedrecista del mundo, según la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Con 2.752 Elo y jugando con bandera estadounidense, no se trata de la puntuación más notable del gran maestro, pero sí de su mejor marca en la clasificación internacional.
El cubano ha formado parte de los diez mejores de la FIDE en otras tres ocasiones, siempre con mejor puntuación que este año y en el lugar 10. En mayo de 2014 contaba con 2.768 Elo, en agosto de 2019 con 2.763, y en octubre de ese mismo año también con 2.763.
Domínguez –que con 40 años es el integrante de más edad de la lista– figuró durante varias semanas en el séptimo puesto del listado y tenía en la mira el Torneo de Candidatos, que se celebrará en abril en Canadá. Sin embargo, el pasado 16 de septiembre, en Barcelona, pactó tablas con el jóven ajedrecista indio Anand Pranav y se retiró del torneo alegando razones de salud.
Su participación en el certamen de Sitges respondía a un requisito de la FIDE, que exigió a los participantes en el Torneo de Candidatos vencer en una competencia fuera del país al que representa
Su participación en el certamen de Sitges respondía a un requisito de la FIDE, que exigió a los participantes en el Torneo de Candidatos vencer en una competencia fuera del país al que representa. Según el periodista español Leontxo García, la medida –que ha generado gran polémica– obligó a Domínguez a “volar con urgencia” a España, con vistas a cumplir con la Federación y garantizar los puntos que necesitaba.
No pudo ser. El propio García, en su comentario al desempeño del cubano en Sitges, donde era el gran favorito, concluyó que Pranav –un prodigio de 17 años y con solo 2.520 Elo– le había “amargado” la jornada.
En efecto, tras 43 lances y jugando con blancas, Domínguez solo pudo llegar a un empate con su adversario. El cubano inició una apertura española y construyó una defensa sólida, pero a partir del lance 23 cometió una serie de errores que le costaron la victoria. Cuando pactaron tablas, Pranav conservaba sus torres y un alfil, y Domínguez la dama y un caballo.
Dos días después compareció en televisión informando sobre su abandono del torneo. “Tenía todo el deseo del mundo de lograr un lugar en el Torneo de Candidatos”, dijo. “Simplemente, arriesgo demasiado si continúo. Pude haber jugado mejor. No me arrepiento”.
El ranking mundial de la FIDE incluyó este enero, además, al camagüeyano Carlos Daniel Albornoz en el grupo de ajedrecistas con más de 2.600 Elo. El cubano, hacia cuya carrera la prensa oficial se mantiene vigilante, fue el ganador del torneo Carlos Torre in Memoriam, celebrado el pasado diciembre en México. Hasta febrero, cuando la FIDE vuelva a actualizar sus resultados, Albornoz ocupará el puesto 186 en el mundo.
De ninguno de los éxitos del llamado ‘Ídolo de Güines’ se hace eco la prensa oficial cubana, que este martes celebró los resultados de Albornoz
En la cima de la lista se mantiene el genio noruego Magnus Carlsen, con 2.830 Elo, seguido de lejos por uno de los rivales tradicionales de Domínguez, el italiano –nacionalizado estadounidense– Fabiano Caruana, con 2.803. Por debajo de los 2.800 están el japonés Hikaru Nakamura, el chino Liren Ding, el ruso Ian Nepomniachtchi, el francés Alireza Firouzja y el filipino Wesly So, a quien sigue Domínguez.
De ninguno de los éxitos del llamado Ídolo de Güines se hace eco la prensa oficial cubana, que este martes celebró los resultados de Albornoz y reseñó la lista hasta Nepomniachtchi, sin atreverse a aludir a Domínguez.
La Federación Cubana de Ajedrez, de la cual Domínguez fue el más valioso activo hasta marcharse a EE UU, invitó a los ajedrecistas emigrados a jugar en campeonatos nacionales cubanos siempre que abandonaran las federaciones extranjeras a las que se habían afiliado. En lo mejor de su juego mundial, Domínguez no reaccionó a la medida ni tampoco a las declaraciones del oficialismo, que prometió hacer una “excepción” si él lo solicitaba.
Quien sí quedó definitivamente descartado, por “irrespetuoso” con el régimen, fue el gran maestro Lázaro Bruzón. Siguiendo su posición crítica contra el Gobierno, Bruzón no se abstuvo de comentar las draconianas condiciones de las autoridades cubanas. “Tienen al pueblo cubano hundido en la máxima miseria y desesperación y saben lo que tienen que hacer, que es un cambio radical del sistema”, afirmó entonces, tajante.
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