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Eduardo Antonio: “Nadie te puede obligar a decir lo que no quieres”

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Eduardo Antonio: “Nadie te puede obligar a decir lo que no quieres”
Eduardo Antonio: “Nadie te puede obligar a decir lo que no quieres”

MIAMI, Estados Unidos.- Hay quienes lo recuerdan por Palmas y Cañas, otros lo asocian con el brillo, las luces, los vestuarios llamativos. Eduardo Antonio, quien ha devenido El Divo de Placetas, acapara la atención de todos a su paso.

Entre éxitos y escenas felices, sus fieles seguidores vivieron recientemente momentos de tensión: El Divo fue sometido el pasado año a una cirugía de urgencia y su vida peligró. Horas de angustia, mensajes de lamento y de esperanza colmaron su cama de hospital.

Como el ave fénix, sin embargo, Eduardo Antonio emergió. Con una túnica dorada y rodeado de sus amigos, salió del centro para celebrar la vida, más “vivo y estiraíto” que nunca.

En esta ocasión, desde CubaNet, El Divo ofrece una oportunidad de asomarse a su vida, su profesión, sus aspiraciones, compartiendo algunas anécdotas con su público.

―Buenos días, Eduardo Antonio.

―Muchísimas gracias, CubaNet, por el cariño, por la deferencia, por haberme elegido entre las diez personalidades del año.

―Cuéntanos, ¿cómo fue tu niñez?

―Yo tuve una infancia extremadamente feliz, con unos padres maravillosos, un papá que me enseñó a tocar la guitarra y una madre que me llevó un día en un tren de Placetas a La Habana.
Alguien me preguntó: “¿a qué vas a La Habana?” Y le dije, “a hacerme una estrella”. Se hizo realidad lo que salió de mis palabras. Por eso las palabras son importantes y lo que se dice y se siente con amor.

―¿Cuál fue tu debut en la televisión?

―Tuve un momento infantil en la televisión, muy bonito, juvenil. Llegué a ser la primera figura de Tropicana, una de las primeras figuras de Palmas y Cañas, amadrinado por Celina González, Ramón Veloz, Coralia Fernández, Radeúnda Lima, Los Grandes del Jilguero.

―Sigo mi carrera y voy de la mano con Alberto Vera, que me convierte en uno de los cantantes de música popular. Hice un cambio de género o uní los dos géneros. La música guajira con la música campesina.
Con nuevos timbres, nuevas sonoridades, con mi manera de vestir, logré que la juventud me viera en programas que no eran precisamente de música campesina. Viene Tropicana, viene la movida, viene un momento importante en mi historia y viajo a México.
Ese país que me abrió las puertas y que me internacionalizó para el mundo entero.

―¿Por qué saliste de Cuba?

―Por dos razones. Yo me casé con la madre de mi hijo, Eduardo Antonio Junior, pero además tenía la inquietud de hacer cosas importantes con mi carrera.
Ya había conocido México en una gira artística, pero me di cuenta que en Cuba había hecho ya casi todo y que había mucho más abriendo otra puerta. Y esa fue México, a donde llego y empiezo desde abajo, muy desde abajo, pero llego a la televisión mexicana con muy buen pie.
En la televisión mexicana, pues fui de los privilegiados que hizo muchas telenovelas, que cantó temas de telenovelas, de películas y que se ganó el respeto y el amor del público mexicano.

―¿De dónde surge el nombre el Divo de Placetas?

―Esa es una pregunta muy interesante, porque muchos piensan que yo me autopuse el Divo de Placetas. Mi ego reconozco que es bien alto, pero no llegaría hasta ahí. Me lo puso mi padrino, don Francisco, en un programa donde tenía que presentarme y me presentó así.
“Hay un Divo de Linares en España que es Rafael; uno de Juárez, en México, que es el señor Juan Gabriel. Pero ya Cuba tiene un Divo, es de Placetas, y se llama Eduardo Antonio. ¿Qué dice el público?” Y ahí salí, y el público lo asumió y se fue quedando, se fue quedando.
Hoy le doy gracias a mi padrino, don Francisco, y al público por referirse a mí de esa manera. Es un peso alto. Es un peso que hay que llevar desde esta hora del día.

―¿Te has sometido a cuántos tratamientos estéticos y qué piensas del envejecimiento?

―Me he sometido a muchos tratamientos estéticos. Este que acaba de pasar -que no es el último. Siempre en mi vida es el penúltimo-, me tiene muy contento. Pero cuando pase el tiempo y crea que debo agradarles todavía a ustedes y no me sienta bien, me sometería a otro tratamiento estético. Me he sometido a muchos. La vejez que viene de adentro para afuera, y de afuera para adentro es algo que cada quien lo lleva con la dignidad, la actitud, el decoro y la manera que lo quiera llevar.
A quien le guste las arrugas y lo quiera llevar con decoro, adelante. Yo aplaudo a todo el mundo y no cuestiono a nadie, pero no me cuestionen a mí si yo no quiero verme arrugado. Quiero seguirme viendo así, así como estoy ahora.
Me quedé en los “30 y siempre” y quiero ser para el mundo.

―El vestuario… ¿cómo lo eliges?

―Mi vestuario siempre ha sido ecléctico, ha sido ambiguo de alguna manera, ha sido muy de pasión. Elijo el vestuario con mi equipo, ahora con mi esposo que es mi productor, Roy García, pero anteriormente con mis diseñadores, con mi estilista. Pero lo sueño aquí, sale de aquí.
El vestuario es un artista es como crear una canción, como crear un personaje, uno tiene que verse y sentirse, creérselo y quererse. Entonces lo que yo me pongo sale primero de mi gusto, trato de agradarles, pero si no lo logro en algunos, me parece perfecto. Si yo me siento bien, basta. Primero va uno y después los demás.

―¿Y qué es lo que no puede faltar en ese vestuario?

―Los brillos, la piel, la lentejuela, los pelos, el glamour, la elegancia, el buen gusto, un buen zapato, un buen sobre para llevar, que no es para ostentar, sino para halagarlos a ustedes que son mi público.

―Mi red social la dirige mi esposo y productor Roy García. Yo checo las cosas, siempre estoy al pendiente de mi carrera artística, pero también sé delegar y el trabajo que Roy ha hecho con mis redes es impresionante. Hoy en día estoy entre los artistas trending. La juventud ha aprendido a conocer a un personaje que se llama Eduardo Antonio -para algunos Eduardito-, que nació en Placetas, pero que con Francisco le puso El Divo de Placetas.

―¿Bajo qué filosofía la administras?

―Yo creo que Roy lo hace, primero, desde la parte humana. A él le interesa mucho que el público vea un ser humano que tiene como primicia darle todo su amor.
Este mismo concepto que hemos logrado El Tamalazo de Krome es una matiné para la familia, porque no hay cosa más linda que poder ver a la familia unida y que le guste un show donde niños, jóvenes, abuelos, abuelas disfrutan de buena música, música de todos los tiempos y de lo que estoy logrando en estos momentos reinventando mi carrera.

―También recibes críticas sobre sobre tu forma de vestir, ¿en algún momento te molesta?

―Aprendí en la vida que las personas escriben lo que se les ocurre en el momento y no precisamente lo que sienten o lo que piensan. Hay personas que en un momento se les ocurre poner una barrabasada sobre algún vestuario mío, y posiblemente lo que quieren y sienten es ponerse algo igual, pero no se atreven.
Entonces ante esas personas detractoras me pongo más brillo, me pongo más lentejuelas. Lo agudizo más para que, si se van a molestar, se molesten con ganas. “Al que no quiere caldo, se le dan tres tazas”.

―Después de varias bodas con mujeres, anuncias un matrimonio con un hombre, Roy, ¿qué significa él en tu vida?

―Roy significó que llegó mi vida quien Dios eligió que tenía que llegar. Que soy un hombre feliz, realizado y que lejos de tener tanta crítica he recibido mucho, mucho amor del público que ha aplaudido nuestra relación, que es de respeto, de amor, de dos hombres que trabajan día a día.

―¿Cómo fue hacer pública tu orientación sexual?

―Pasó el tiempo para que yo decidiera una situación como esta, pero creo que tenía que llegar al momento. Creo que tenía que ver una persona a quien yo no tuviera en la sombra y creo que también tenía que sentirme libre, libre de tanta crítica malsana. Dije “basta”, quien me quiera que lo haga tal cual soy.
Lo que fui, lo fui: Fui bisexual, pero en estos momentos en mi vida elegí un camino y es amar este hombre, serle fiel a este hombre y respetar a este hombre que es mi pareja.

―¿Te ves como un ícono de la comunidad LGBTIQ+?

―Sería un poco petulante que lo diga yo mismo. Creo que serían ellos los que deberían decirlo. Creo que estoy a la vanguardia, defiendo a la comunidad, la engrandezco, la pongo en alto, la respeto y le doy un lugar.
Siempre espero que hablen por mí, aunque yo sienta que puedo ser eso que tú me dices, voy a esperar, que sean ellos, que sea el público, quien me lo diga. Un día.

―¿Por qué decidiste operarte?

―Decidí operarme porque ya mi cuello no me gustaba. Ya no me sentía a gusto. Había subido de peso por un tratamiento de esteroides. Quería buscar la excelencia. Me gusta la excelencia en todo en una grabación, en un video, en la vida, en una cena, en un vestuario.
Creo que elegí la mejor clínica Huka Cosmetic Center, de donde hoy en día soy la figura, la imagen de esta clínica. Voy de la mano con los doctores que me quieren y que quieren que me vea muy bien.

―¿Cambió tu vida a raíz de la gravedad que tuviste en tu operación?

―Siempre he sido un hombre que nunca me ha negado nada, pero a raíz de la gravedad que tuve entendí que la vida es más sencilla. En la vida no hay que atesorar ningún resentimiento, ningún rencor, ninguna mala situación.
Se trata de pasar la página y buscar de lo malo, lo bueno. Entendí que la vida es para ser feliz, para que cada momento sea una fiesta en cada ser humano. Este hombre que está aquí vive a plenitud cada día en su vida como si fuera el último que va a vivir.
Eso lo aprendí con esto que acabo de pasar y con la muerte de mi padre.

―¿En tu familia quienes son las personas indispensables para ti?

―Mi padre, mis abuelos, mi abuela, mi tía Reina, mi madre, que está viva, mi hermana y mi sobrina Claudia que está en el cielo; pero que todos los días de la vida también me hace falta.

―¿Cómo te gustaría ver a Cuba?

―Como cualquier cubano que se siente verdaderamente cubano, me gustaría ver a Cuba como un país común y corriente, libre, donde cada quien pueda hacer lo que quiera, tener lo que quiera, comer lo que quiera y vivir como quiera.

―¿Consideras que los artistas tienen que hablar de política?

―Considero que cada artista habla, dice y expresa lo que quiere expresar. Nadie te pone un puñal ni una pistola para obligarte a que tú digas algo. Nadie te puede obligar a decir lo que no quieres decir. Entonces cada quien es libre de elegir, de decir lo que quiere decir. Yo no me meto en lo que dice ningún colega. Por eso espero que no se metan en lo que digo yo o lo que pienso.

―¿En qué cree Eduardo Antonio?

―En Dios.

―¿Un refrán o expresión que resuma tu vida?

―“Uno propone, pero Dios dispone”.

―¿El atuendo con brillo o el discreto?

―Siempre maximalista con brillo.

―¿Cabaret o la televisión?

―Los dos.

―¿Pasar inadvertido o ser el centro de atención?

―No, si no me conocen, me da un ataque.

―¿Qué ha sido Niurka Marcos en tu vida?

―Un momento especial que tuvo un antes y un después.

―¿Qué dejó Palma y Cañas?

―Todo lo guajiro que soy y toda esa música maravillosa que le toca el alma a todos los cubanos.

―¿Volverías a someterte a una cirugía?

―Definitivamente. Quiero verme a mis 74 años como Cher.

―¿Cómo te ves en 10 años?

―Divino, no me van a ver una arruga. Y si Dios quiere y me da licencia, voy a estar espectacular. Así es que mis haters, como dicen, prepárense, porque vivo y estiraíto ¡pa’ rato!.

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