CIUDAD DE MÉXICO, México.- En su comparecencia en el plenario de la Asamblea Nacional de Cuba, el primer ministro Manuel Marrero Cruz anunció que la economía cubana funcionará en 2025 bajo esquemas de dolarización parcial.
Durante su intervención manifestó que aprobarán que las empresas, previamente autorizadas, puedan realizar ventas mayoristas y minoristas, pago de aranceles y servicios asociados a las operaciones de comercio exterior en divisas.
Aceptarán divisas en efectivo en el turismo, Casas del Habano, farmacias, ópticas y clínicas internacionales, aeropuertos y otros que se autoricen. Los productores de bienes exportables y productores agropecuarios que sustituyen importaciones cobrarán su pago en divisas. El régimen intentará, así, competir con el mercado informal de divisas, sobre el cual “no se ha tenido control” y ha incidido, en opinión de Marrero, en la dolarización de la economía.
¿Por qué ocurre la dolarización parcial de la economía cubana?
El economista Pavel Vidal, profesor del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana en Cali, Colombia, y doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de La Habana, explicó, en declaraciones exclusivas a CubaNet, que la dolarización de la economía es un reconocimiento de que el peso cubano no está cumpliendo sus funciones básicas de medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor, que son las tres funciones que debe cumplir una moneda.
“La permanencia de altísimas tasas de inflación y la depreciación de la tasa de cambio del mercado informal son evidencia de que la política monetaria y fiscal en Cuba no funciona. No se han estado manejando bien el presupuesto del estado y los déficits y han estado acumulando desequilibrios que impiden que el peso cubano efectivamente sea funcional y cumpla sus principales propósitos y entonces cuando eso sucede la alternativa es la dolarización”, comentó.
Aunque dolarización sucede muchas veces de manera informal en las transacciones de los mercados, dijo, el régimen la está institucionalizando pues el propio gobierno reconoce que para que determinados sectores importantes generen ingresos en divisas, el sector tiene que estar dolarizado.
“Todos los países necesitan exportación e ingresos en divisas y no hace falta la dolarización, con una moneda nacional estable y un mercado de cambio funcional con una tasa de cambio coherente se garantiza el ingreso de divisas al país sin necesidad de sustituir las funciones de la moneda nacional por dólares”, argumentó.
Sin embargo, en el caso cubano no se garantiza porque hay distintas tasas de cambio y las tasas de cambio oficial están completamente desactualizadas. “Ahí entonces entra la corrección que ellos dicen que van a hacer, el redimensionamiento, intervención del mercado cambiario para poner una a una las tasas de cambio, pero será solo una de las tasas de cambio y eso no resuelve el problema”.
¿Es la dolarización la solución?
El también economista Mauricio de Miranda Parrondo coincidió en que la pretensión de fijar una tasa de cambio y dolarizar parcialmente la economía no es la solución al problema.
En una publicación realizada en sus redes sociales, el experto indicó que con la dolarizacion “siguen en la lógica rentista sin apuntar a lo esencial, que es la parálisis productiva”.
“O se asume que el peso cubano sea la moneda de uso en todas las transacciones nacionales a una tasa de cambio flexible establecida por un mercado cambiarlo formal y transparente (finalmente aceptan sin reconocer que se equivocaron, que un tipo de cambio fijo oficial sobrevaluado era incorrecto) o se dolariza o euriza toda la economía. De esa forma toda la población gana y gasta en la misma moneda”, manifestó.
La dolarización parcial no ofrece una perspectiva de solución para un problema estructural en el desarrollo económico cubano.
¿Se impondrá la tasa oficial por encima de la informal?
El economista cubano Emilio Morales, vicepresidente del laboratorio de Ideas Cuba siglo XXI, dudó, en entrevista con CubaNet, que el establecimiento de una tasa formal domine el mercado.
“La gente no confía en los bancos“, alegó, y añadió que bajo esa premisa, será difícil que el Gobierno pueda restaurar la confianza en los consumidores pues seguirán prefiriendo tener los dólares bajo su resguardo antes de ponerlos en las arcas del Estado, dijo.
“No existe manera humana de demostrar que va a ser viable lo que están planteando. Hay que ver ahora cuando ellos pongan la tasa flotante de cambio, cómo reacciona la gente, cómo va a ser el cambio. Vamos a ver ahora cómo es el pulso de la tasa que ellos ponen, que es la tasa que seguiría la gente, oficialmente, normalmente, en el día a día, con la tasa que ellos van a poner”, concluyó.
Riesgos de la dolarización: El peligro de los bancos del Estado
Para Mauricio de Miranda Parrondo, uno de los riesgos de la nueva medida es u mayor deterioro del tipo de cambio del peso, que contribuye a la pérdida del poder adquisitivo y en consecuencia al aumento del empobrecimiento del pueblo cubano.
Pavel Vidal, por su parte, alertó que con un banco central que no es independiente, una tasa de cambio flotante conlleva muchos riesgos.
El Gobierno se apropiaría de los dólares que capture del mercado cambiario, y ese “es un riesgo latente”: “Haría que todo ese mecanismo que están pensando al final no sea sostenible”.
Cuando en 2019 se abría paso la dolarización parcial desde antes de la implementación del llamado “ordenamiento monetario”, ya las autoridades dudaban sobre el poder del peso cubano.
Según Vidal, el proceso de reforma monetaria pondría el peso cubano en el centro del sistema financiero como único medio de pago, pero justo en ese momento empezó la dolarización.
“Ellos mismos nunca han creído, nunca han estado convencidos de que la economía pueda ser funcional con el peso cubano. Ellos mismos no creen en la moneda nacional y en los mecanismos que tienen para que funcione un sistema de pagos basado en el peso cubano”, sentenció.