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Día de Reyes en Cuba: miles de pesos por un juguete 

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Día de Reyes en Cuba: miles de pesos por un juguete 

SANTA CLARA, Cuba. – Disfrazada con un gorro de Santa Claus y una pulsera con luces intermitentes, una vendedora de juguetes le muestra a su potencial cliente la muñeca con el precio más económico del negocio. Está empaquetada en plástico, mide apenas 20 centímetros y cuesta 1.500 pesos. La tienda está bien surtida con todo tipo de artefactos que embelesan a cualquier transeúnte y situada estratégicamente a pocas cuadras de varias escuelas primarias de la ciudad. 

A pesar de que es fin de año, cuando muchos establecimientos privados cierran, Liudmila, la encargada del puesto, asegura que se mantendrá trabajando para aprovechar el advenimiento del Día de Reyes. En solo una semana ha llegado a vender decenas de piezas, incluyendo algunas que cuestan el ingreso promedio mensual de cualquier familia. “Hoy mismo vino una pareja con su niña y le dijeron que escogiera lo que quisiera y se llevaron una casa de muñecas de 12.000”, comenta complacida, pero se justifica alegando que ella no es la propietaria de la tienda, aunque obtiene un porcentaje por cada gestión. 

La inflación también ha impactado directamente en los altos precios que hoy alcanzan los juguetes importados, de las pocas opciones para los padres que suelen ahorrar por meses para garantizarles algún obsequio a sus hijos. Hace años atrás, cuando aún se vendían juguetes en las Tiendas Recaudadoras de Divisa (TRD), los medios oficiales se quejaban de la desaprobación popular de estas ofertas debido al desabastecimiento, la poca variedad, el costo elevado y la mala factura de los artículos. También reconocieron que no existía en el país “una estrategia definida para el seguimiento a la producción, distribución y comercialización de los juguetes”.

Juguetes importados a la venta en Santa Clara (Foto de la autora)

El tema fue incluso analizado en las sesiones de la Asamblea Nacional en julio de 2017, en la que varios diputados coincidieron en que las industrias locales no producían juguetes y que incluso durante el llamado Período Especial al menos había “con qué jugar”. “Antes heredábamos los juguetes de nuestros padres y abuelos, pronto no habrá qué juguete heredar”, se aventuró a vaticinar en aquel momento una diputada matancera. 

De esa fecha hacia acá, el escenario se ha tornado mucho más crítico. Ahora sobresalen los negocios privados que importan y revenden juguetes, mientras que las tiendas en MLC siguen, si acaso, con una oferta bastante cara y pobre, sobre todo en el interior del país, donde ni siquiera existen jugueterías estatales.

Quienes aún romantizan la época de la “bonanza soviética” recuerdan con cierta nostalgia la asignación normada de juguetes por la libreta de abastecimiento, conocida por las clasificaciones de “básicos, no básicos y dirigidos”. Los artículos de la primera y segunda categoría eran los más solicitados por las familias, que se sometían a largas filas desde la madrugada para poder alcanzar desde un velocípedo o un tren de cuerda hasta un par de patines. El conocido como “dirigido” podía consistir en un juego de yaquis, una suiza o un muñeco de goma. Estos últimos eran menos costosos, pero más simples y de mala factura.

“Prácticamente, todos los muchachos teníamos los mismos tentempiés, esos que se movían de un lado para otro sin caerse”, recuerda Ana María Cruz, una santaclareña de recorrido por las tiendas particulares de juguetes en busca de una bicicleta pequeña para su nieto, cuyos precios sobrepasan los 40.000 pesos. “Con ese mismo dinero le compro una tablet y que se entretenga con juegos virtuales”, calcula. “Ahora en las escuelas se habla con naturalidad de los regalos del Día de Reyes, pero en mis tiempos eso era mal visto. Las personas que profesaban la fe, les tenían prohibido mencionar a sus hijos que los Reyes Magos les habían traído juguetes”.

Por su parte, Elizabeth, otra cliente que mira las ofertas de una juguetería privada, lamenta lo mal que han ido las cosas: “Antes al menos había algún que otro juguete en las tiendas que se podía pagar. Mi niña desde diciembre lleva pidiéndome una Barbie, porque muchas de sus amigas en la escuela las tienen, pero cuestan casi 40 dólares y eso es lo que gano en dos meses de trabajo. Tendrá que conformarse con una muñeca criolla, que es lo que puedo pagar, y haciendo tremendo sacrificio”.

Juguetes de plástico reciclado, de producción nacional (Foto de la autora)

En otro de los tantos establecimientos que operan bajo la licencia de vendedor de artículos para cumpleaños, existen otras opciones menos extravagantes, pero de factura artesanal, fabricados con plástico reciclado. Yandro Mena, que traslada en su carretilla ambulante todo tipo de artefactos confeccionados a partir de la reutilización de este material coincide en que tampoco resultan tan económicos. “Muy bonitos no son”, reconoce el vendedor. “Al ser fabricados a partir de moldes a veces salen con desperfectos y no tienen ese brillo de los juguetes de afuera”.

En los últimos tiempos han surgido algunos emprendimientos en Cuba que reutilizan la madera o el plástico para crear juguetes, sobre todo con fines didácticos, pero gran parte de las madres entrevistadas coinciden en que no son esos los regalos que la mayoría de sus hijos piden por el Día de Reyes. “Aquí han venido clientes con dinero que se llevan tres o cuatro muñecos de los más caros, pero son los menos”, afirma Liudmila, la dependienta de la tienda de juguetes importados. “También tengo hijos, y todos los días sufro al ver los niños que se van llorando desconsolados cuando pasan por aquí”.

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