La presa política Brenda Díaz ya no se encuentra en celda de castigo, pero sí fue maltratada por los oficiales de la cárcel Cuba-Panamá, en la provincia Mayabeque.
Ana María García contó a Diario de Cuba que lo que ocurrió con Brenda fue una confusión:
“Estaban traficando alcohol en la prisión, y parece que alguien dijo que era mi hija y la bajaron con las esposas puestas para una celda de castigo. Cuando la fueron a meter en la celda de castigo dijeron que fue un error y la dejaron ir. Luego, al ella estar comunicándome sobre los abusos, la volvieron a meter en una celda de castigo”.
La madre fue a quejarse a la Dirección de Establecimientos Penitenciarios y tiene pendiente una entrevista con Camilo Arzuaga Ávila, jefe de la prisión, a raíz de este episodio de maltrato contra su hija.
García declaró anteriormente a ADN Cuba que a Brenda “la llevaron con shakiras para la celda de castigo. Luego me llamó que ya la habían sacado pero a su pareja la dejaron ahí”.
Durante sus dos años y medio de prisión política la joven ha estado recibiendo malos tratos por parte de las autoridades penitenciarias debido a su identidad de género, hasta el punto de que, en octubre de 2022, un guardia la lanzó por unas escaleras.
Tiempo después, en abril de 2023, la manifestante del 11J fue condenada a siete meses más de cárcel por supuesto desacato, a pesar de que fue ella la golpeada por un oficial identificado como Frank. Esta condena se sumó a una previa por manifestarse que es de 14 años.
Díaz se encuentra recluida en la sección de hombres del establecimiento penitenciario Cuba-Panamá, donde fue obligada a raparse la cabeza y a vestirse como hombre.