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La revolucionaria cubana Haydée Santamaría nació hace 101 años en Encrucijada, antigua provincia de Las Villas, y desde muy joven tuvo una intensa vida de lucha y resistencia hasta su muerte.
Desde su temprana juventud, Haydée Santamaría (1922-1980) estuvo del lado de los que arriesgan la vida para el bienestar de un país.
Fue editora de los periódicos clandestinos “Son los mismos” y “El Acusador”, junto a su hermano Abel Santamaría y otros revolucionarios, al tiempo que se mantenía vinculada a otras labores contra la dictadura, tras el golpe de Estado de 1952.
Conmemoramos este #30dediciembre el aniversario 101 del natalicio de Haydee Santamaría. La heroína del Moncada, la clandestinidad, la Sierra y el exilio, fundó la @CasAmericas y construyó caminos para llegar a esa integración que Bolívar y Martí soñaron para #NuestraAmérica. pic.twitter.com/emI0vOLy5o
— Casa de las Américas (@CasAmericas) December 30, 2023
Su amor por la independencia de Cuba la hizo vincularse a la causa revolucionaria. Estuvo en el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 en Santiago de Cuba.
Durante la acción revolucionaria Haydée y su hermano Abel tomaron el hospital Saturnino Lora, muy cercano a la institución militar en manos de la dictadura de Fulgencio Batista.
El objetivo era apoyar el asalto, pero el fracaso de la acción posibilitó que fuera hecha prisionera y, pese a que le dijeron que Abel y su novio Boris Luis Santa Coloma habían sido asesinados, jamás delató a sus compañeros.
Hoy celebramos el nacimiento de Haydée Santamaría Cuadrado. Participó en los preparativos y en las acciones del Moncada. Sensible, humana y patriota. Una mujer imprescindible de la Revolución. #MujeresEnRevolución pic.twitter.com/ALkGOHAYFE
— FMC de Cuba (@FMC_Cuba) December 30, 2023
Al referirse a la respuesta de Haydée, en su alegato de autodefensa, Fidel Castro expresaría: “Nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana”. Ella se sobrepuso al dolor.
Los esbirros de la tiranía le enseñaron los ojos de su hermano y los genitales de su novio. Y Haydée nunca habló. La vida se le hacía pedazos, pero la causa revolucionaria le daba luz.
“Abel no nos faltará jamás. Mamá, piensa que Cuba existe y Fidel está vivo para hacer la Cuba que Abel quería”, le escribió a su madre desde su celda en prisión.
Junto a las revolucionarias Lidia Castro y Melba Hernández recopiló y transcribió las notas escritas con zumo de limón que Fidel, desde la prisión, lograba sacar para su divulgación. Se trataba de su alegato de autodefensa, posteriormente conocido como “La historia me absolverá”.
Posteriormente fue designada por el Comandante en Jefe como delegada del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) para recaudar armas y unir las fuerzas en el exterior para la causa revolucionaria contra la dictadura de Batista. También estuvo en la Sierra Maestra como combatiente junto a Celia Sánchez y Vilma Espín. Haydée no solo combatió en el llano, luchó por la Revolución desde las montañas de Cuba.
Tras el triunfo revolucionario fundó y presidió en 1959 la Casa de las Américas, importante institución cultural para los intelectuales y escritores de todo el continente y el mundo. Y cumplió con cada trabajo que le encomendara la dirección de la Revolución Cubana. Por ella había luchado. Serle fiel era su premisa.
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