MIAMI, Estados Unidos. – Los recientes huracanes Oscar y Rafael, junto con un potente terremoto de magnitud 6,8 que sacudió el oriente cubano el pasado domingo, dejaron un saldo de más de 34.000 viviendas destruidas y múltiples daños en la agricultura, las comunicaciones y el sistema eléctrico del país.
“Entre los tres eventos, se reportan hasta el momento más de 34.000 viviendas dañadas, con diferentes grados de afectación, incluyendo derrumbes totales, parciales y daños en las cubiertas”, informó Joaquín Alonso, ministro de Economía y Planificación, durante una conferencia de prensa este jueves.
Estos fenómenos naturales dejaron sin electricidad a millones de personas, exacerbando las vulnerabilidades de la ya obsoleta red eléctrica cubana. Según Alonso, las afectaciones incluyen “alrededor de 2.449 transformadores dañados, un número aún indeterminado de postes caídos, 200 kilómetros de líneas de distribución afectadas y la caída de ocho torres de alta tensión”.
El Sistema Electroenergético Nacional (SEN) ha colapsado en dos ocasiones en las últimas semanas, lo que ha provocado apagones generalizados que han sumido al país en la oscuridad durante varios días.
En el sector agrícola, las autoridades cuantifican pérdidas en “37.000 hectáreas dedicadas a la producción agropecuaria y en 381 instalaciones agrícolas, con estimaciones preliminares de pérdidas económicas en torno a los 383 millones de pesos”, detalló el ministro.
Además, se registran daños en 22 hospitales, 605 postes de comunicaciones, 276 instalaciones educativas, 189 establecimientos del Comercio Interior, 25 almacenes, 88 sistemas de bombeo y cuatro puentes, entre otras infraestructuras críticas.
Ante este panorama, Alonso admitió que Cuba no experimentará crecimiento económico en 2024. “El desarrollo económico de un país depende en gran medida de la energía, y nosotros hemos tenido afectaciones eléctricas durante todo el año y no solamente en este mes”, expresó.
Según cifras oficiales, la economía cubana se contrajo un 1,9% en 2023, aunque expertos independientes sugieren que la caída podría ser aún mayor.
Los desastres naturales han agudizado la ya precaria situación económica de la Isla. El Gobierno se enfrenta ahora al reto de impulsar la recuperación en medio de limitaciones económicas y tecnológicas, mientras miles de familias han perdido sus hogares y sectores clave han sufrido daños considerables.
