El modelo cubano está en una fase terminal, aseguran expertos que consideran que el sistema ya no tiene bases económicas para sustentarse.
“Lo ocurrido en estos últimos días de crisis energética ha demostrado que el Estado no tiene la posibilidad, como en etapas anteriores sí la tuvo, de auxiliar o de responder de algún modo, aunque sea elemental, a una situación como esta”, dijo la intelectual matancera Alina Bárbara López Hernández este jueves, en referencia al apagón masivo y los destrozos que provocó el huracán Oscar en el oriente del país.
Durante la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (COLPIN) que se desarrolla en el marco de las actividades por los 15 años del medio independiente Diario de Cuba, López Hernández habló de cómo “la gente se vio abandonada a su suerte, sin alimentos, obviamente, sin electricidad y no hubo ningún tipo de respuesta como en otras etapas la ha habido”.
“Hay también mucha responsabilidad del Estado en no admitir su culpa en esto. Si se sigue responsabilizando al bloqueo de todo lo que pasa en Cuba, sencillamente no podremos avanzar. Pero sí es una situación dramática. Yo diría que estos días fueron de una crisis humanitaria, la gente no tenía comida, la gente no tenía agua para tomar. Hay municipios que están apagados todavía hace cinco días”, recalcó.
La politóloga, recordó cómo en medio del apagón los agentes de contrainteligencia siguieron “citando a periodistas para presionarlos y amenazarlos para que no escribieran en medios alternativos”.
“Tienen mucho temor y de nosotros depende, de nuestra capacidad de toma de conciencia, de nuestra capacidad de articulación y de interpelación, los cambios de Cuba porque, obviamente, el Estado, los que gobiernan, no parecen dispuestos a asumir la gravedad de la situación”, apuntó.
La historiadora, residente en la ciudad de Matanzas, señaló que respecto al futuro de la isla tiene una visión ambivalente: “Soy optimista porque, como historiadora, comprendo que ninguna sociedad puede mantenerse sobre la base de la represión, la opresión de las libertades y el no crecimiento económico de manera indefinida”.
Agregó que confía en que el futuro de la isla es de cambios y “que dependerá mucho más de nosotros que de los que estén en el gobierno”.
Por otro lado, remarcó que se siente pesimista cuando mira a su alrededor: “la irresponsabilidad del Gobierno, su indecisión o temor a la hora de asumir un proceso de transición que dé participación a la ciudadanía está demorando y está haciendo muy desgastante y muy dramático esto para la cotidianidad, sobre todo de los ancianos, de los niños, de las personas pobres y en pobreza extrema, que es un sector en crecimiento”.
El politólogo Manuel Cuesta Morúa indicó, en un mensaje enviado para el evento, que, a pesar del desgarramiento socioeconómico y político del país, “la sociedad cubana se autodemocratiza de una manera veloz, abierta y plural’.
“Cuba está rota, su tejido está fragmentado. Desde la economía, sus valores hasta la legitimidad de sus autoridades. Estamos caminando hacia una regresión, en camino a una sociedad pre moderna que tiene problemas para recoger la basura y, al mismo tiempo, tiene problemas porque todos sus ciudadanos huyen, hacia dentro o hacia fuera, frente a un régimen de incompetencias con botas de hierro”.
No obstante, Cuesta Morúa es optimista en su proyección del futuro de la Isla “por tres razones fundamentales: la primera, porque el espíritu emprendedor del pueblo cubano sigue vivo, se mantiene fuerte la capacidad emprendedora del sector privado”.
“Segunda porque la sociedad se autodemocratiza de una manera veloz, abierta y plural, y la tercera razón por la que soy optimista, es porque todo este proceso se hace acompañar de una hegemonía cultural y estética autónoma, de un montón de artistas, dentro y fuera, que están dando una perfecta imagen posible de la Cuba que es y de la Cuba que queremos”.
Para el experto “solo falta articular este proceso y el Consejo para la Transición Democrática lo está haciendo, pese a que dos de sus más importantes líderes, José Daniel Ferrer y Félix Navarro, están sufriendo una condena impropia en las impropias cárceles de Cuba”, puntualizó el analista desde La Habana.