En un anuncio preocupante, las autoridades de Salud Pública en Cuba revelaron que ocho provincias del país enfrentan la amenaza del dengue, con la identificación de al menos cuatro serotipos diferentes de la enfermedad. El ministro del sector, José Ángel Portal Miranda, destacó que las provincias más afectadas por casos sospechosos de dengue son Pinar del Río, Villa Clara, Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.
A pesar de este panorama inquietante, Portal Miranda enfatizó que, hasta el momento, no se ha declarado ninguna provincia como una “zona de epidemia”. Afirmó que la estabilidad epidemiológica persiste, pero subrayó la importancia de la intervención activa para controlar la propagación del dengue. En su reciente intervención ante la Comisión de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el ministro hizo hincapié en la necesidad de divulgar información, capacitar al personal de salud y fomentar la participación de la población para combatir la enfermedad.
La situación se ha agravado en las provincias Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, que informaron un aumento significativo de contagios de dengue en agosto de 2023. La presencia de diversas variantes del virus plantea una amenaza adicional en la zona central del país. La transmisión del dengue en Cuba no es un fenómeno nuevo; de hecho, ha persistido durante décadas, con la aparición de cuatro variedades, incluido el temido dengue hemorrágico.
Cabe destacar que durante el verano de 2022, la Isla enfrentó una situación crítica con numerosas muertes presumiblemente vinculadas a casos de dengue. Sin embargo, esta problemática fue silenciada por la prensa estatal, generando preocupaciones sobre la transparencia en la comunicación de información de salud crucial.
El dengue, conocido por provocar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, escalofríos, náuseas y vómitos, puede evolucionar hacia formas más graves, como el dengue hemorrágico o grave, que representan un riesgo potencialmente mortal.
Es crucial que las autoridades refuercen las medidas de prevención, conciencien a la población sobre la importancia de la higiene y promuevan la erradicación de los criaderos de mosquitos, responsables de la propagación del virus. La cooperación activa de la sociedad y la transparencia en la información son elementos clave para enfrentar este desafío de salud pública y evitar consecuencias más graves en el futuro.