LA HABANA, Cuba. – El Gobierno insiste en engatusar a los cubanos sobre la disminución o posposición de la venta de las ínfimas cantidades de alimentos racionados, con el pretexto de los elevados precios en el mercado internacional y los obstáculos para encontrar proveedores y bancos debido a las sanciones de Estados Unidos, mientras esconde la caída de la producción nacional y la falta de dinero por su obstinada conducción de la economía nacional, la falta de acceso a créditos por sus impagos y la pérdida de confiabilidad.
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, explicó en la Mesa Redonda de este 4 de octubre, con detalles, cómo el proceso de bancarización y la transformación digital en las actividades del comercio, especialmente el uso de los pagos electrónicos, aportará mayor eficiencia a todas sus entidades, desde las ruinosas bodegas a la sexagenaria Oficina de Registro de los Consumidores (conocida como Oficoda).
La titular dejó en último lugar la gran noticia de la distribución de la canasta básica de octubre. Arroz, azúcar, café, frijoles y leche casi no se producen en Cuba debido a las medidas del gobierno de “continuidad”, que debían lograr incrementos para sustituir las importaciones. Ni qué decir de las carnes de res y de cerdo, que solo se comercializan en las tiendas en MLC y las instalaciones del turismo.
La llegada de un barco es reportada con grandes titulares en los medios y la televisión, pero estos solo llegan si el Gobierno puede pagar in situ los alimentos, el combustible y todo lo demás esencial. Los trabajadores de la cadena puerto-transporte-economía interna, los almaceneros y las 12.197 bodegas y vehículos distribuidores trabajan contrarreloj para contribuir a la alimentación de niños y jóvenes desnutridos, ancianos consumidos, hombres y mujeres hambrientos y agobiados por conseguir lo indispensable para la alimentación familiar.
Las cuotas mensuales de productos alimenticios esenciales continúan decreciendo en surtido, cantidades y periodicidad, al tiempo que aumentan las posposiciones y deudas de las entregas. La canasta de octubre está garantizada, según expresó Betsy Díaz. Sin embargo, la ministra reconoció que los productos más complejos de la canasta siguen siendo las proteínas. “Dimos pollo en julio y agosto. La Habana el pollo de agosto lo recibió en el mes de septiembre”, acotó.
El 29 de septiembre llegó el primer buque de arroz correspondiente al mes de octubre. La ministra informó que se aseguró en todos los territorios iniciar una distribución fraccionada del arroz, con un esfuerzo extraordinario, a excepción de 88 bodegas de Granma debido a las lluvias. Las siete libras por persona se irán completando paulatinamente. Una libra adicional de arroz se entregó en septiembre por la donación de Vietnam. Está concluyéndose la distribución del azúcar en Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Camagüey, Santiago de Cuba, con la disminución de una libra por consumidor para septiembre, octubre y noviembre.
Betsy Díaz añadió que los granos (frijoles negros) se han suplido por chícharos, y que había un barco en esos momentos en Cienfuegos, para el completamiento de la cuota de septiembre y octubre. “En 2018, la canasta familiar normada se cubría con frijol de producción nacional, y además vendíamos frijol liberado. Hoy estamos totalmente dependientes de las importaciones”, añadió.
Sobre café, la ministra informó que esperan a más tardar el día 20 completar la distribución a toda la población. En julio, agosto y septiembre no se vendió el paquetico de cuatro onzas de café mezclado con chícharo por persona mayor de 18 años. La leche se está dando fraccionada e incluso con un aporte importante de la leche fluida. “Están afectadas las entregas a las dietas y las embarazadas que no se han podido cubrir”, dijo Díaz. En cuanto al huevo, informó que se corrió en tiempo, pero que está garantizada su distribución de la cuota (cinco por persona) en el mes de octubre.
En este período de “continuidad”, 30 huevos se venden en 2.600-3.000 pesos en el mercado informal, si se encuentran. Fidel Castro priorizó la producción de huevos y pastas, denominados “salvavidas” durante el “Período Especial”. Las pastas desaparecieron por falta de harina, que a duras penas se logra importar para el pan de la cuota.
Por otra parte, la ministra anunció la eliminación del requisito de renovación de las dietas médicas para enfermedades crónicas, que queda consignada en la libreta de abastecimiento de forma vitalicia.
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