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Colombia acepta deportaciones desde EE.UU. y evita una guerra comercial  

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Colombia acepta deportaciones desde EE.UU. y evita una guerra comercial  
Colombia acepta deportaciones desde EE.UU. y evita una guerra comercial  

MIAMI, Estados Unidos. – La relación entre Estados Unidos y Colombia atravesó horas de máxima tensión este domingo, cuando las amenazas de ambos mandatarios —Donald Trump y Gustavo Petro— hicieron temer el inicio de una guerra comercial sin precedentes. 

El conflicto estalló después de que Colombia negara el aterrizaje a dos aviones militares estadounidenses que transportaban a ciudadanos colombianos deportados, lo que desencadenó duras represalias anunciadas por la Administración Trump y la respuesta recíproca del Gobierno de Petro. Finalmente, y tras una jornada de intensos cruces de declaraciones, se logró un acuerdo de última hora que aplazó la imposición de aranceles punitivos y sanciones diplomáticas.

Con la resolución del conflicto, la Casa Blanca confirmó la aceptación “sin restricciones” de todos los inmigrantes ilegales de Colombia devueltos desde territorio estadounidense, “incluidos los que lleguen en aviones militares, sin limitaciones ni dilación”. 

Colombia, por su parte, optó por un tono más moderado. El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, leyó en redes sociales el comunicado oficial: “El Gobierno de Colombia informa que hemos superado el impasse con el Gobierno de los Estados Unidos”. Reconoció también que seguirán recibiendo a quienes retornen en condición de deportados y aseguró que se les “garantizarán condiciones dignas, como ciudadanos sujetos de derechos”.

La disputa de fondo residió en el método de deportación. El presidente Gustavo Petro cuestionó que estas devoluciones se realizaran en aviones militares y exigió que se usaran aeronaves civiles para transportar a personas que, en su criterio, no deben ser tratadas como delincuentes. “Los Estados Unidos no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos”, publicó Petro en su cuenta de X. Incluso ofreció el avión presidencial para apoyar el retorno de los ciudadanos en caso de no lograr acuerdo con Washington.

A pesar de que, al final de la jornada, la Casa Blanca suspendió las sanciones previstas, el Ejecutivo de Donald Trump dejó claro que las mantendrá en reserva si Colombia incumple los nuevos compromisos adquiridos. El mismo comunicado afirmó que la amenaza de aumentar aranceles “queda aplazada a menos que Colombia no cumpla con el acuerdo”, en alusión a la devolución expedita de connacionales deportados.

Trump había anunciado la imposición de un 25% adicional en aranceles a “todos los bienes” provenientes de Colombia, con la intención de incrementar esa tasa hasta el 50% en caso de que Petro mantuviera su postura de rechazo a recibir a los deportados. La réplica colombiana no se hizo esperar: Petro anunció que incrementaría sus propios aranceles a la misma tasa sobre los productos estadounidenses importados a su país. “Los productos norteamericanos cuyo precio subirá dentro de la economía nacional deben ser reemplazados por producción nacional”, proclamó el mandatario en su cuenta de X, al tiempo que instruía a su ministro de Comercio Exterior a ejecutar las contramedidas.

Como parte de las represalias, Trump también anunció controles aduaneros reforzados para cualquier ciudadano colombiano y todos los productos originarios de ese país, alegando “motivos de seguridad nacional”. Además, amenazó con anular las visas de funcionarios y allegados al Gobierno de Petro si persistía la negativa de Colombia a recibir los deportados. “El presidente Trump está enviando un mensaje fuerte y claro al mundo entero: si ingresa ilegalmente en Estados Unidos, enfrentará graves consecuencias”, aseguró a Fox News la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

La determinación de la administración Petro para suspender temporalmente los vuelos de deportación tuvo su origen en el método utilizado para trasladar a los migrantes. Petro consideró que viajar esposados en aviones militares es un trato “degradante” e “indigno”. “No me verán jamás quemando una bandera gringa o haciendo una ‘ratzia’ para devolver a los ilegales esposados a EE.UU.”, subrayó el mandatario, quien también indicó que 15.660 estadounidenses residen en Colombia de manera irregular, a los que invitó a regularizar su situación. Aun así, el presidente concedió que no puede forzar la estadía de quienes no son bienvenidos en territorio estadounidense.

En su primera semana al frente del nuevo mandato, Trump ha acelerado las deportaciones de migrantes indocumentados y endurecido los procesos para la obtención de asilo o refugio. 

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